COLUMNA: Entreminas. HOY: Con hielo… ¡Por Favor!. Viernes 26, Noviembre de 2009. D.D.Olmedo.

COLUMNA: Entreminas.

Escrita por Brenda Gilton... 

Mataría por un vodka… ¡Lo juro! Sólo un buen trago ahogaría la vergüenza que siento in this moment… Trágame tierra y ¡por favor!, no me escupas… 

“Mi amiga Lulu, que es seca en el arte de las citas a ciegas, me organizó una “salida” con carácter express. Entre su discurso típico y mis reclamos por su imprudencia, me quedó la rara sensación que una buena parte de mis conocidos se convencieron que ando dando pena por la vida. Entre el mail, su llamado y mi rezongar, me puse a recordar aquella vez que la Cindy me convidó al cumple de su hermano. Craso error. Tanto le rogó a su brother ¡Acéptala!, que apenas entré a la fiesta, el pobre corrió a esconderse funándose cualquier posibilidad entre nosotros. Con los años y ya matrimoniado, pude explicarle que en el pasado no me produjo frío ni calor (siempre digna); puros atados de su sister y yo, con un precario lenguaje juvenil de ese entonces, nunca pude darme a entender dejando claro mis nulas intensiones (amada u odiada, jamás ignorada)…
Sin embargo y contrario a todos los pronósticos, bastó esa sola actitud mía para que el muy saco de peras empezara a buscarme en onda de conquista… hay que ver que los hombres son bien cavernícolas, fijo que se pican y les sale el macho cabrío que todos llevan dentro…

El dramón a la chilena me tuvo hartos meses incomunicada con mi amiga (y eso que todo empezó a causa suya), perseguida por un troglodita e imposibilitada de ventearme en lugares top que me gustaban tanto puesto que el condenado pastel siempre estaba en todos lados… Como podrán deducir, a temprana edad tuve que comprender lo que significa enfrentarse a un auténtico “guata de foca”… Toda una proeza.

En fin. Con el tiempo supongo que se aburrió o bien, pudo ser que mi nivel de groserías le hastío, ni idea. El tema es que el asunto quedó hasta ahí, no pasó a mayores afortunadamente y con los años, hasta la Lulu reconoció sus metidas de pata y el Benjamin apenas me saludaba con un meneo de cejas. Por suerte.

Me da un poco de rabia que la Lulu sea así de amnésica. Resulta que ahora la cita es con un primo; léase: PARIENTE DEL EX GUATA DE FOCA, ACTUAL INDIFERENTE REPRIMIDO… ¡Valor! Y lógico, lógico que el otro ya le fue con el cuento al “citado”… que es una insensible, que es una frívola, que es una egoísta despiadada, que no contesta los llamados, que se cree diva… blah, blah, blah Nada peor que jugar con cartas marcadas. Si la tengo clara.

Le escribí un nuevo correo a esta cupido de pacotilla, y le anoté esto:
“Oye gaia, cero posibilidad, para qué tentar la suerte. Déjame que escoja mis propias opciones” Besitos. Brenda.
Antes de pestañear me entra su respuesta:
“I’sorry Darling… Benito ya hizo reserva… ¿Cómo lo vas a dejar pagando? No seas desubicada. No te arregles tanto, ve sencilla. Besitos. Lulu”.
Y más encima el convidado de piedra se llama BENITO. ¡Horror! ¿Qué habré hecho para merecer esto? No me imagino qué pasará por la mente de esa familia, tienen una obsesión con la “B” de bueno, bonito y barato; la hermana chica de la Lulu se llama Belén, la mayor, Bárbara, tiene un medio hermano que se llama Braulio y más encima se fue a Brasil y en Brasil conoció a una mulata que se llama Benancia… incluso, cuando la conocí en el colegio, hasta me confesó que le caí bien influenciada por mi nombre. ¿Sería una cabala? ¿Se imaginan al parcito juntos?: Con ustedes, BRENDA y BENITO… Nooooo. Aparte, no puedo evitar pensar en los chistes de doble sentido con los que crecí… Todo mal. ¡Huele a peligro!

Vuelvo a escribirle a la Lulu:
Punto uno: No pedí cita;
Punto dos: No pedí asistencia;
Punto tres: El pasado me condena, y
Punto cuatro: No tengo qué ponerme.
Besitos. Brendita.

Y al toque me llega respuesta:
Punto uno: La necesitas (¿te viste el cráter de la frente?);
Punto dos: Nunca la pides;
Punto tres: Olvida y entierra, y
Punto cuatro: Ya te dije, NO TE ESMERES.
Besitos amiguita.

Colocando este asunto en perspectiva, me pregunté a secas ¿qué tan malo podría ser? Pero para variar, me perseguí. Apelando a la experiencia y con el fin de evitar rodar con la misma roca, ni siquiera me duché, no me lavé los dientes, no me peiné, ni siquiera repasé el desodorante y para rematar, me puse unas calzas que dejan al descubierto tres semanas sin depilación. Seguro que la hace corta y me despacha ligerito...”

… Eso es lo malo de vivir con estigmas, fantasmas y prejuicios; lo malo de cerrarse y vivir anclada al pasado… SI, Y CON HARTO HIELO, SI SE PUEDE, INYÉCTENMELO DIRECTO LA VENA.
Acá estoy, sentada en el “Madras” (en este lugar hizo la reserva), mejor dicho, petrificada… lentamente se desplaza hacia mi un tipo de metro ochenta y tantos centímetros, cabello rizado, piel traslucida y mate, ojos de aceituna; sé que es el convidado de piedra porque me ha hecho un gesto con la mano.
Mientras camina hacia acá, definitivamente parece flotar (o capaz que sea yo); es como si alguien lo hubiese fotoshopeado del reparto de una película: Total y completamente estelar. No es broma. Cuando llega a la meza tengo que mirarlo hacia arriba, soy incapaz de mover un solo músculo (por razones obvias, tampoco puedo abrir la boca, levantar los brazos o exhibir las piernas).
Se planta delante de mi y saluda con un rostro iluminado: Hola, ¿qué tal? Soy Max… mi prima es una verdadera bromista…

Como dije al comienzo: Trágame tierra y no me escupas.

MORALEJA: ¿?

Continuará… 



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