COLUMNA: Por fin es viernes. HOY: “¿Justo o Injusto?”. D.D. OLMEDO. Viernes 27, Febrero de 2009. 15:30 horas.

COLUMNA: Por fin es viernes. HOY: ¿Justo o Injusto?

27 de febrero de 2009 a las 15:37
COLUMNA: Por fin es viernes.
HOY: “¿Justo o Injusto?”.
D.D. OLMEDO.
Viernes 27, Febrero de 2009.
15:30 horas.

Glaucón desafío a Sócrates en el apogeo de su ensoñación más osada pero también, más ilusa. “El Hombre no puede dejar de ser injusto, aún a pesar de la eximición de consecuencias nefastas que pudieren atribuírsele a su actuar”.
Glaucón, quién desafió encorajinado la templanza de Sócrates, aseguraba: “Quienes siguen la justicia lo hacen no por deseo propio o por amor a la misma, sino simplemente porque desean evitar las consecuencias que recaerían sobre ellos al cometer injusticias”. Pues bien, ¿qué si pudiéramos ser libres de dichas consecuencias? ¿Cómo actuaríamos en ausencia de ellas? He aquí parte de su exaltación, cito: “PARA DARNOS MEJOR CUENTA DE CÓMO LOS BUENOS LO SON CONTRA SU VOLUNTAD, PORQUE NO PUEDEN SER MALOS, BASTARÁ CON IMAGINAR QUE HACEMOS LO SIGUIENTE; DEMOS A TODOS, JUSTOS E INJUSTOS, LICENCIA PARA HACER LO QUE SE LES ANTOJE Y DESPUÉS SIGÁMOSLES PARA VER ADÓNDE LLEVAN A CADA CUAL SUS APETITOS. ENTONCES SORPRENDEREMOS EN FLAGRANTE AL JUSTO RECORRIENDO LOS MISMOS CAMINOS QUE EL INJUSTO, IMPULSADO -POR EL INTERÉS PROPIO, FINALIDAD QUE TODO SER ESTÁ DISPUESTO POR NATURALEZA A PERSEGUIR COMO UN BIEN, AUNQUE LA LEY DESVÍE POR FUERZA ESTA TENDENCIA Y LA ENCAMINE AL RESPETO DE LA IGUALDAD. ESTA LICENCIA DE QUE YO HABLO PODRÍAN LLEGAR A GOZARLA, MEJOR QUE DE NINGÚN OTRO MODO, SI SE LES DOTASE DE UN PODER COMO EL QUE CUENTAN TUVO EN TIEMPOS EL ANTEPASADO DEL LIDIO GIGES. DICEN QUE ERA UN PASTOR QUE ESTABA AL SERVICIO DEL ENTONCES REY DE LIDIA. SOBREVINO UNA VEZ UN GRAN TEMPORAL Y TERREMOTO; ABRIÓSE LA TIERRA Y APARECIÓ UNA GRIETA EN EL MISMO LUGAR EN QUE ÉL APACENTABA. ASOMBRADO ANTE EL ESPECTÁCULO DESCENDIÓ POR LA HENDIDURA Y VIO ALLÍ, ENTRE OTRAS MUCHAS MARAVILLAS QUE LA FÁBULA RELATA, UN CABALLO DE BRONCE, HUECO, CON PORTAÑUELAS, POR UNA DE LAS CUALES SE AGACHÓ A MIRAR Y VIO QUE DENTRO HABÍA UN CADÁVER, DE TALLA AL PARECER MÁS QUE HUMANA, QUE NO LLEVABA SOBRE SÍ MÁS QUE UNA SORTIJA DE ORO EN LA MANO; QUITÓSELA EL PASTOR Y SALIÓSE. CUANDO, SEGÚN COSTUMBRE, SE REUNIERON LOS PASTORES CON EL FIN DE INFORMAR AL REY, COMO TODOS LOS MESES, ACERCA DE LOS GANADOS, ACUDIÓ TAMBIÉN ÉL CON SU SORTIJA EN EL DEDO. ESTANDO, PUES, SENTADO ENTRE LOS DEMÁS, DIO LA CASUALIDAD DE QUE VOLVIERA LA SORTIJA, DEJANDO EL ENGASTE DE CARA A LA PALMA DE LA MANO; E INMEDIATAMENTE CESARON DE VERLE QUIENES LE RODEABAN Y CON GRAN SORPRESA SUYA, COMENZARON A HABLAR DE ÉL COMO DE UNA PERSONA AUSENTE. TOCÓ NUEVAMENTE EL ANILLO, VOLVIÓ HACIA FUERA EL ENGASTE Y UNA VEZ VUELTO TORNÓ A SER VISIBLE. AL DARSE CUENTA DE ELLO, REPITIÓ EL INTENTO PARA COMPROBAR SI EFECTIVAMENTE TENÍA LA JOYA AQUEL PODER, Y OTRA VEZ OCURRIÓ LO MISMO: AL VOLVER HACIA DENTRO EL ENGASTE, DESAPARECÍA SU DUEÑO, Y CUANDO LO VOLVÍA HACIA FUERA, LE VEÍAN DE NUEVO. HECHA YA ESTA OBSERVACIÓN, PROCURÓ AL PUNTO FORMAR PARTE DE LOS ENVIADOS QUE HABÍAN DE INFORMAR AL REY; LLEGÓ A PALACIO, SEDUJO A SU ESPOSA, ATACÓ Y MATÓ CON SU AYUDA AL SOBERANO Y SE APODERÓ DEL REINO. PUES BIEN, SI HUBIERA DOS SORTIJAS COMO AQUÉLLA DE LAS CUALES LLEVASE UNA PUESTA EL JUSTO Y OTRO EL INJUSTO, ES OPINIÓN COMÚN QUE NO HABRÍA PERSONA DE CONVICCIONES TAN FIRMES COMO PARA PERSEVERAR EN LA JUSTICIA Y ABSTENERSE EN ABSOLUTO DE TOCAR LO DE LOS DEMÁS, CUANDO NADA LE IMPEDÍA DIRIGIRSE AL MERCADO Y TOMAR DE ALLÍ SIN MIEDO ALGUNO CUANTO QUISIERA, ENTRAR EN LAS CASAS AJENAS Y FORNICAR CON QUIEN SE LE ANTOJARA, MATAR O LIBERTAR PERSONAS A SU ARBITRIO, OBRAR, EN FIN, COMO UN DIOS RODEADO DE MORTALES. EN NADA DIFERIRÍAN, PUES, LOS COMPORTAMIENTOS DEL UNO Y DEL OTRO, QUE SEGUIRÍAN EXACTAMENTE EL MISMO CAMINO. PUES BIEN, HE AHÍ LO QUE PODRÍA CONSIDERARSE UNA BUENA DEMOSTRACIÓN DE QUE NADIE ES JUSTO DE GRADO, SINO POR FUERZA Y HALLÁNDOSE PERSUADIDO DE QUE LA JUSTICIA NO ES BUENA PARA ÉL PERSONALMENTE; PUESTO QUE, EN CUANTO UNO CREE QUE VA A PODER COMETER UNA INJUSTICIA, LA COMETE. Y ESTO PORQUE TODO HOMBRE CREE QUE RESULTA MUCHO MÁS VENTAJOSA PERSONALMENTE LA INJUSTICIA QUE LA JUSTICIA. «Y TIENE RAZÓN AL CREERLO ASÍ», DIRÁ EL DEFENSOR DE LA TEORÍA QUE EXPONGO. ES MÁS: SI HUBIESE QUIEN, ESTANDO DOTADO DE SEMEJANTE TALISMÁN, SE NEGARA A COMETER JAMÁS INJUSTICIA Y A PONER MANO EN LOS BIENES AJENOS, LE TENDRÍAN, OBSERVANDO SU CONDUCTA, POR EL SER MÁS MISERABLE Y ESTÚPIDO DEL MUNDO; AUNQUE NO POR ELLO DEJARÍAN DE ENSALZARLE EN SUS CONVERSACIONES, OCULTÁNDOSE ASÍ MUTUAMENTE SUS SENTIMIENTOS POR TEMOR DE SER CADA CUAL OBJETO DE ALGUNA INJUSTICIA. ESTO ES LO QUE YO TENÍA QUE DECIR.

Siempre estuve conteste en este pensamiento y me interesa explicarles porqué.

Tempranamente en época de Escuela, me interesé en la obra de su más aventajado alumno, Platón. Reconozco eso sí, cierto recelo; nadie quiere bancarse tantas páginas de filosofía clásica apenas sabiendo nada de la vida, sería como tratar de aprender chino mandarín en gringolandia. Sin embargo y casi por idénticas razones que a mis compañeritos, me banqué aquella satánica lectura ininteligible de “La República”, convencida de que aquella hazaña no la emprendía más que una sola vez en la vida. Pero fíjense como da vueltas de carnero la misma, toda vez que coloca casi encima de tus narices toda clase de componentes imbricados que aparecen como un mal chiste con el transcurso de los años…

Digan lo que digan, el señor Jackson tuvo que haberse inspirado en este casi mito platónico (aunque podría inclinarse por las corrientes procedentes de Herodoto) para hacer aparecer y desaparecer a Frodo. ¿O no? En cualquier evento, hace tiempo que esta historia me daba vueltas en la cabeza, no por la fascinación en el arte de desaparecer (Por Dios que a veces nos hace falta), sino por las alusiones éticas más que filosóficas de tal relato.

Primitivamente y con una que otra diferencia medio ridícula, los textos vinculaban a Giges con la destrucción del Rey de Lidia. En los sectores aledaños en su lugar habitual de pastoreo, Giges habría dado con una brecha profunda en cuyo interior se hallaba apostado un caballo con sus entrañas abiertas en forma de puertas. Entre asombro y admiración, el pastor asomó su cabeza ante la rareza encontrada y observó que en su interior figuraba un hombre de tamaño sobrenatural cuyo único dominio o vestimenta era cierto anillo dorado que llevaba en su anular. La historia revela que Giges habría tomado este anillo escapando del sitio sin mirar atrás. Aprovechando la reunión mensual de rendición de cuentas sobre el estado del rebaño hacia la persona del rey, Giges asistió al encuentro portando el tesoro en cuestión y en prisco de ansiedad, giro la parte interna de su engaste tornándose invisible a la vista y paciencia de los restantes asistentes. Comenzaron, entonces, a referirse como si él estuviese ausente. Extralimitándose en su audacia, Giges utiliza el poder del anillo para seducir a la esposa del soberano, haciéndose también de sus riquezas y, finalmente, apropiándose de reinado.

¿Qué ocurre, entonces, con el ser humano fiel, honesto, piadoso y tranquilo dedicado a pastorear y a rendir cuentas respetando las jerarquías, aparentemente sosegado en el habitual caminar de su suerte y que de pronto, lidia con la fuerza irresistible de la corrupción?

En su oportunidad, Glaucón desafió a Sócrates a demostrar fehacientemente la credibilidad y sustentabilidad de su juicio ético, aquella defensa de la voz interna del hombre antes de acometer la injusticia… y que sucumbe… se traiciona a Candaules (Rey de Lidia) porque hay un violentación y una deslegitimación sustentada en el poder supra de un adminículo con poderes demoniacos que inhibirían la racionalidad humana, su juicio de valor y la consideración del deber ser interno en un sistema articulado para ser respetado.
Acaso sólo cuenta la posibilidad de obrar con él, su manejabilidad como órgano destructor del orden natural establecido y medio para construir un orden nuevo deseado y el intento por legitimizar algo inapropiado desde aquella panorámica. Quizás sí y quizás no. Al menos en la trilogía de Jackson el bien triunfa sobre el mal y aunque los criterios tienden a confundirse e incluso, a primar uno por encima del otro, aún así aparece la supremacía del control de la maldad como una herramienta aún eficiente para sustentar la fama de este orden natural de sucesos.

¿Cómo hemos de vivir? Preguntó genéricamente Glaucón a Sócrates allá en la vieja Grecia… Hoy en día, ¿continúa siendo una elección radical? ¿Cuáles son los más sólidos motivos para continuar haciendo lo correcto? Y en esta línea, a estas alturas, ¿qué es lo correcto? (Y Glaucón se apresuró a descartar la razón del miedo a ser descubierto, sino incluso, aquellas ponderadas aún en la instancia de que nunca se nos descubriera).

Aparentemente, el argumento lineal conducente sería el concepto y paradigma de la felicidad persé, alcanzable sólo la ejecución de lo correcto, de lo permisible; imposible lograrla y sentirla si se es un ser injusto con el prójimo.

¿Podemos contextualizar a un hombre de familia que comete femicidio de la noche a la mañana como un Giges moderno? ¿Se puede encontrar una respuesta más apropiada que sólo la rectitud del compartir, del desear el bien y practicarlo por pura convicción porque “es”? ¿Por qué alguien desenfunda una escopeta y mata a dos chilenos (y deja a otros tres gravemente heridos) porque simplementedetesta a los inmigrantes?

En el 2009, no bastan sólo las mejores intensiones. ¿Ya no?

Es muy distinto decir te amo y que haya una falsa correspondencia o nula o ciega retribución a perjudicar deliberadamente a los otros en términos diversos más tamgibles que el desamor.

Se puede vivir eternamente de un modo irreflexivo sin que nada te importe verdaderamente más que el propio pellejo; construirme la casa más grande, la mejor, la más ostentosa y cara de entre mis amigos, puedo abastecerme de los manjares más exquisitos e invitar a comensales sólo para alardear de lo bien posicionada me encuentro, puedo narrar cómo le salvé la vida a alguien y obviar a tus asistentes, el trabajo de equipo, la naturaleza de la empresa en la cual participaste… puedes desplegar todos los esfuerzos que creas necesarios pero para qué, con qué sentido, norte o dirección… hay de ti, de mi o de todos los demás si nos abanderamos en los cartones, en los sequitos de turno, en la fama, en la vanidad que aporta circunstancialmente los 15 minutos de fama… hay de todos nosotros si seguimos en esta vorágine sin aportar de cuando un cuando algunos miligramos de blanqueador…

Yo creo que todos hemos portado alguna vez un anillo igualito al de Giges… a veces (las menos), sólo para desaparecer, las mas, alucinando en la enfermedad de liberarte de todo y concederte un bono generoso de irregularidad sin la presión de tener que pagar por las consecuencias nefastas; nadie va a decirte nada, tienes el poder, el don, el cuarto de hora, la herramienta oportuna para otorgarte los poderes mágicos coadyuvantes en la creación de tu propio nuevo orden, uno en donde no se reconoce al resto, en donde todo el pasado sirve de aliciente, donde los temores se vuelven en tu propia costra, envolviéndote, atrapándote para exhibir lo peor de ti como si fueses una figura freak de circo pobre…

Los años y las experiencias van evidenciando que el mal y el bien no sólo siempre se miden, actualmente, fácil se confunden e incluso, preocupantemente el aquél tiende a superponerse sobre éste. Yo misma he sido insoportablemente injusta, irresponsable, poco generosa, charlatana, mediocre, desleal y egoísta… precisamente, porque me enlodé en esos barros, sé de qué hablo… precisamente de esos pantanos arranco. Pero a veces, atribuimos nuestro desenfado a sitios, a segundas y terceras personas, a instancias, a presiones, a locuras temporales en aquellos que llevan consigo, permanentemente el aro de Giges… al lado oscuro de la fuerza ante el que sucumbimos dejándonos caer en el goce de ser malandros aunque sea por un instante.

Con todo, hasta de eso un se harta, hasta de ser egoísta uno se cansa; algo infinitamente indescriptible habita en todos nosotros (exceptuando a los psicópatas) que nos llama a un estado de alerta conciencia… más que la culpa, pienso y siento puede ser la corrección del orden natural, la sensatez del sentirse débil ante la singularidad de lo que no se puede explicar precisamente porque es superior a nuestra ambigua corteza humana: La Debilidad.

Pienso ahora en lo injusto del comportamiento de quien hiere sabiéndose portador de créditos adicionales respecto de la víctima, como dice James, a veces, el hombre se aprovecha de la abundancia y seguridad exhibida en vitrina… vas y lo tomas, vas y te sirves, vas y recoges lo que se deja colgando aún sabiendo que la vida es corta, que tiene muchas vueltas y que al final, todo eso puede volverse en contra.

Seguramente, Giges tampoco tuvo lo mínimo para vivir y mantenerse fiel en la corrección, probablemente alcanzó a ser erosionado por la tentación pues realmente era una persona distinta a la que mostró de sí. No temo tanto a los que aspiran a más y no escatiman histeria para lograrlo, si declaro temer a aquellos que en silencio jamás revelan los dobleces del corazón… que viven enredados en el miedo a la consecuencia, a la represión, al que dirán y a las fisuras y deslindes que pueden dejarlos a la deriva porque simplemente nunca están preparados.

PD: Daniel, injusto que te roben, injusto que te quiten algo preciado, injusta la frustración y la impotencia de verse despojado, pero piensa en la vueltas, en las condiciones cósmias y en todo lo demás... algo bueno habrá en todo eso.


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