COLUMNA: Por fin es viernes. HOY: "La razón del efecto". D.D.OLMEDO. Segunda de Febrero. 2013.-

COLUMNA: Por fin es viernes. HOY: "La razón del efecto". D.D.OLMEDO.

17 de febrero de 2013 a la 1:12
COLUMNA: Por fin es viernes.
HOY: "La razón del efecto".
D.D.OLMEDO.
Segunda de Febrero. 2013.-

"Nuestra rabia es más denigrante para nosotros mismos que las situaciones que la producen".
Marco Aurelio.

Cuando te alejas en conciencia, la razón es simple: No da para más. El problema del aislamiento es que casi nadie comprende qué significa realmente. Irse, escaparse, alejarse, hacer una inflexión, no significa tomarse unos días de descanso. Es otra cosa. Es intentar, darse cuenta y hacer la pega bien hecha. No a medias como todas las otras veces en que pensaste que unos días de larga siesta, cambiaría el escenario. No esta vez. A mi me gustaba harto usar cierta expresión (Tapar el sol con un dedo), casi siempre para identificar a las personas que son incapaces de enfrentarse a la realidad y se la pasan gran parte del tiempo haciendo fintas… No sabía que soñar es más o menos lo mismo, pero las consecuencias son más severas.

La gente que escribe para exorcizar sus demonios, me concederá el hecho de que a veces, nos hallamos de pésimo humor y que al colocar frases encabronadas sobre el papel, nos baja cierto pudor de herir susceptibilidades y ante ello, nos arrepentimos, redecoramos y hacemos hasta lo imposible para que la elegancia de la prosa reemplace ciertas cobardías. Sin embargo, a veces simplemente no se puede; hay que rajar paños y perder a uno que otro en el camino. No se es siempre ricitos de oro para caerle en gracia a todo el mundo. ¿Cierto?

No es de extrañar que tenga rabia, que el coraje me corroa de la cabeza y hasta los pies ¿y cómo no sentirlo? ¿Cómo zafar de la sensación de encabronamiento si sientes que las cosas en las cuales crees son sólo parte de una gran versión de las cosas que sabes escribir mejor? ¿Cómo no tenerles bronca a los personajes que te hicieron creer en algo distinto?

Cuando sientes rabia, hieres, el sólo hecho de levantar la mirada ya provoca colisión.

Una vez, hace muchos años alguien me dio un sabio consejo: ¿Por qué te quejas tanto de la gente? Si tanto te molestan, entonces no los mires, baja la mirada y sigue caminando como si nadie alrededor existiese. Punto. Y yo me pregunté, cómo se puede estar en el mismo lugar, sin ser visto y seguir, y encajar y hacer que resulte... El otro día, repasando la tele por cable, me topé con un documental sobre Bob Gruen. Montones de veces me llamaron la atención fotos en blanco y negro de Lennon, sobre todo un par en las que aparece con Yoko; las encontré preciosas, y alguna vez me pregunté cómo fue posible capatar tal expresión en el momento justo. Volver a ver esa imagen y saber quién la logró me provocó un escalofrío en la espalda. Siempre pensé que esa foto representaba mi idea de ternura y complicidad, siempre pensé que quien la logró era una suerte de fantasma capaz de involcurarse pero sin que nadie se lo haya pedido jamás... Así mismo quería sentirme yo, viendo, pero no asistiendo, sintiendo pero sin ser vista. Ahora sabía que fue aquel sujeto, el mismo que podía fotografiar las locuras del los sex pistols...

Era escabroso, pero no dejaba de tener razón. No eran "los otros" el problema, era uno mismo y su congoja, su puta y parida rabia. ¿Qué culpa tiene los demás de que la estés pasando mal? ¿Qué sabe el resto de las personas sobre lo que te llevó a ese estado en donde sientes lastima de ti mismo? ¿Por qué, las otras personas debiesen colocarse en tus zapatos? ¿Sólo porque estás triste? ¿Porque tú decidiste que así debía ser?

El problema es que después de hacerlo mucho tiempo, entonces comprendes que ya no hay nadie mirándote. A nadie le importa lo que nos pase. Y quizá, a esto nos acostumbramos, a defender “el metro cuadrado”, a “proteger a nuestros seres queridos”, a “trabajar honradamente y recibir nuestra paga”, a “no meternos en problemas para que la vida sea más pacífica y agradable”. ¿Qué otra cosa podríamos hacer?

¿Qué cosa diferente en el escenario podría cambiar los roles, las funciones, los contenidos? ¿Qué?

Llevo dos semanas viviendo como autómata, es cierto, pero no porque alguien me haya engañado sino porque básicamente yo lo permití. A veces, es tan fuerte el deseo de hacer una vida diferente, tan inmenso el sentimiento de “ver” más allá del horizonte que piensas que eres parte de algo más grande. Cuando las personas mienten, lo que realmente sucede no es la pérdida de confianza y las consecuencias ulteriores, es algo más simple: Cuando alguien te miente te lleva de regreso al mundo real y en el mundo real, las cosas son así; duras, brígidas, densas y tan planas que después de un tiempo, bueno, tras un período aprendes a hacer lo que hace el resto: FINTAS.

Hay muchas personas dedicadas a hacer el bien sosteniendo un pensamiento positivo, prodigando amor, enviando mensajes emotivos cargados de buenos deseos, todo ello dentro de sus sanas posibilidades… Es cierto, las fintas no son para ellos, las fintas son para otro tipo de personas. Pero, ¿depende todo de nosotros mismos? ¿Soy tan responsable de lo que la gente me hace? ¿Soy únicamente yo la responsable de la recepción de una mentira? Me impacta un poco procesar que me digan que si me ha ido mal, entonces debo tratar de evaluar qué cosas fue las que hice mal. ¿Y si hago ese ejercicio y veo que no hay nada malo, entonces qué? ¿A quién le echo la culpa? ¿Acaso siempre debo conformarme con que son consecuencias de mis actos? ¿Y el resto qué?

¿Y si el grinch tuviera derecho a sentir rabia, odio, bronca?

Perdón. Tan generosa no soy.

Siento rabia, decepción y mucho dolor, pero no única y exclusivamente por una desilusión amorosa sino porque detrás de ese radar dañado mío, hay años de no entender, años de no comprender, años de no aceptar, años de circo en donde el acto de remate final siempre es el mismo: Alguien sosteniéndose en un trapecio, sin poder asegurar a la audiencia si caerá o aguantará otro resto.

Lo que provoca la mentira es un espacio repleto de imágenes negras, de parpadeos intentando replicar y decir que todo eso no es cierto, tratando de erradicar los efectos nocivos de la mentira. Por cada abrir y cerrar de ojos lo que uno se repite es que pasará, se irá y/o al menos, lo que se vea en la imagen final será lo anterior a la mentira. Pero eso es imposible, cada vez que abres y cierras los ojos, ya todo es diferente, ya cambió y por más que te esfuerces en lograr que la consecuencia no sea lapidaria, no se puede. El daño está hecho.

La consigna es el amor, dicen. Es decir, te educan religiosamente par advertirte que si amas, entonces puedes perdonar. Pero mi pregunta es: ¿Cuántas veces?

Últimamente, una filosofía más contemporánea habla de soltarse, de dejar que todo sea en un estado presente pues, cito: Lo de ayer, ya pasó, no puedes modificarlo; lo de mañana, aún no existe… ergo, lo que te resta es el presente.

¡PARE DE SUFRIR!

Ojalá fuese así de fácil.

Montones de veces he caído exactamente en lo mismo, convencerme de que está bien, de que tengo lo que merezco, que así como estoy bien, estoy perfecto que esto y aquello y claro, con la bonificación de que como soy adulta, entonces debo ser responsable de mis actos. Levántate, asume y sigue adelante… ¿es que acaso piensas que puedes hacer algo diferente, puedes remediarlo, puedes alterar lo que ya pasó? No sé si sea fácil decírselo a otro (es la expresión que uno suele usar), pero sí sé que no deberíamos decirlo. NUNCA.

Simplemente cuando se está así, encabronado por una serie de eventos desafortunados, porque metiste la pata, porque tomaste malas decisiones, porque fuiste terco, porque creíste ingenuamente, porque quisiste vivir tu formato y no el del resto, porque eras soberbio, porque sea lo que sea que tengas enquistado adentro y te lleva a realizar las cosas de una manera diversa, porque pateas las estructuras y porque quien sabe qué otra cantidad de cosas te van a imputar si no entras en verdad y dejas de dar la lata diciendo cosas que al esto le molesta escuchar.

Al final, el puto ego siempre reclama. Palos porque bogas y palos porque no.

A veces (y creo interpretar el deseo de muchos), lo que uno desea es simplemente que te abracen, no un discurso sobre lo que debes hacer con tu vida, qué dirección tomar o qué hacer para salir del hoyo, a veces uno desearía simplemente que la gente se quedara callada, en silencio, que nadie gritara para darse a entender, que el resto de las personas comprendieran qué cosas son realmente importantes, porque la materialidad, no lo es, el rigor, menos, la estructura, tampoco. Lo que intento decir es que a veces, a veces desearía no tener que bajar la mirada para abstraerme de lo que hay afuera, a veces quisiera que el resto lo hiciera.

Pero yo sé que pido demasiado, pues si en verdad tuviese el valor de decir lo que pienso y siento verdaderamente sobre muchas personas, cosas y/o situaciones, no sé si podría devolverme y sé que el ego ardido de muchos me perseguiría para hacer leña del árbol caído.

El ego exige, el ego demanda, el ego trata siempre de averiguar, el ego no soporta el silencio y no acepta el no por respuesta, el ego se satisface asimismo en tener la razón, en saber y en dar resolviendo una compensación a cambio.

Así somos.

Desearía al menos por una sola vez tener valor para desaparecer, extinguirme tal y como suelo ser. Regresar como alguien más sin forma humana, deambular a gusto y resolver mirar donde me apetece, no lidiar con la falsedad de los hombres (seres humanos) y simplemente conformarme con ser, habitar el presente, no desear caer el ficción del planear o suponer y dejar de lado cualquier expectativa o promesa de realización.

A veces, me gustaría trascender a lo que soy, seguir viviendo con tan sólo un par de zapatos al año, comiendo sólo cuando tenga hambre, caminando hacia casi todos mis destinos, desapegarme al punto tal que ya no sienta nada, ni pena ni alegría… sintonizar con el silencio y guardar mi desasosiego en el, descansar mirando hacia el horizonte, cerrar los ojos y aprender a utilizar todos los otros sentidos, aprender a perdonar, y esperar la muerte con dignidad.

Cuántas fintas más se necesitan para aquello.

En aquella entrevista le preguntaban a Gruen cómo había logrado coexistir sin ser resistido, cómo, en buenas cuentas, había logrado tanta genialidad pasando desapercibido y el respondió: No me interesaba ser visto entre famosos, entremedio de la gente sino todo lo contrario, me importaba ver, observar, darme cuenta de qué debía tomar y qué dejar... todo lo demás daba lo mismo.

Eso mismo anhelo aprender, qué tomar y qué dejar sin tener que dejar de ver a las personas.


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