COLUMNA: Por fin es viernes. HOY: “Insatisfacción Crónica”. D.D. OLMEDO. Viernes 13, Marzo de 2009. 13:15 horas.

COLUMNA: Por fin es viernes. HOY: "Insatisfacción Crónica".

19 de marzo de 2009 a las 18:47
COLUMNA: Por fin es viernes.
HOY: “Insatisfacción Crónica”.
D.D. OLMEDO.
Viernes 13, Marzo de 2009.
13:15 horas.

Mis cambios de horarios y la vapuleada crisis económica, devino en un insoportable efecto trastornante: Morbo. Pero nótese que no me acompleja reconocerlo; por paradójico que resulte, advierto un defecto circunstancial grosero pero ilustrativo. Su observancia induce a corregir otros cuantos vicios de mayor gravedad en los cuales nadie se salva de incurrir.

Atendidos mis nuevos horarios, manejables, administrables, acomodables en toda la expresión de la palabra “factible” (salvo cuando revive la estela maniática del deber leguleyo), antojadizamente asisto al show de convertirme en espectadora de la televisión abierta, parámetro que despliega el primero de aquellos pecadillos de poca monta. A primera hora, sintonizo el canal 4 para ver y escuchar –sin ningún tipo de escrúpulos ni remordimientos– una sarta de atrocidades que bien podrían acabar con la vida de un ser humano débil, incapaz de enfrentarse con este retorcido sistema. Mientras redacto esta columna, me apero de todas las herramientas posibles… me instalo frente a un parque atestado de árboles viejos, frondosos, miro a la gente desprevenida como se sonríe y sobre todo, me enchufo los audífonos y dispongo melodías compuestas por Yann Tiersen, quién sabe y mi alter ego se supone atravesando las calles de París… para no pensar en nada que no fuese una cuota de magia paleando la abominación que han construido los hombres…

Existe una mujer (si es que, en rigor, puede dársele rótulo) de nombre JULIA VIAL, quién no sólo feliz con descuerar a cuanta persona se coloca en pauta, más encima ríe, ríe con una facilidad abrumadora, con un despotismo impresionante, como si en verdad gozase de lo que hace, como si ese brillito en la mirada proviniese del mismísimo infierno. La titular del programa farandulero “Intrusos” se acompaña del ex – SQP (Sálvese Quién Pueda) René Naranjo; el ex – chico reality Sebastián Carter; Pipo Constant, Macarena Ramis y una tal Rocío de la cual ni recuerdo apellido… Mucha gente ha pasado por este “show” de comentarios ácidos, pero nunca hasta ahora, nunca como este equipo, tan acorde con los tiempos que vivimos; “guerra se combate con guerra”, pensaron algunos trogloditas sin importar que murieran millones de inocentes que nunca se enteraron de que eran parte de la causa… Descontando a la señorita Ramis, el resto de los panelistas parecieran gozar, parecieran experimentar alegría tras develar la miseria humana, parecieran disfrutar en extenso de eso que llamamos pegar en las costillas al que se encuentra en el piso y cómo no hacerlo, si existe un sequito de gente morbosa que los atiende, que los datea, que los ensalza y conmina a ir por más carne fresca… francamente, ESTO NO TIENE NOMBRE.
Ya hace algunos días atrás, la “señora” Vial, sacó de las casillas al inocentón Edmundo Varas, enristrándolo, atosigándolo, orillándolo a que explotara, a que se retorciera frente a la cámara para hacer de ello un espectáculo a la usanza romana, o no, peor que eso, mucho peor, pues no se perseguía el cuerpo ni la sangre del involucrado sino su mente (extraviar el sentido común), su alma (mostrar la precariedad humana), la nobleza de su corazón sin tanta mácula (apenas un bálsamo en contra de toda la sátira). De que ese pobre cristiano decayó en picada, efectivamente aconteció. No obstante, no creo que todas las cuestiones planteadas delante de un foco tengan que ver con la medición de las consecuencias y cómo se obtiene de ello, jugosos dividendos. ¡Que jodidos estaríamos todos de ser ello una realidad constante y sonante!

Los que conocemos un poco más el sistema judicial, tenemos claro cuan sensato es guardar silencio ante la presencia de un juez (a) (sobre todo si es cabrón), porque exacerbando el discurso clásico de la envestidura, del respeto y blah blah blah, al final acaban encerrándote por reclamón y alborotador si no haces lo que se te ordena. ¿Por qué no pudiste quedarte callado Edmon? Seguramente, porque no estaba actuando. Probablemente los señores policías, infirieron que por el sólo hecho de aparecer en la tele se tiene todo, se es todo y consigues todo. Entonces, acto seguido se irrogan licencia para darte una lección, una pequeña muestra generosa de lo que implica vivir en calle “realidad”. Yo le creo, yo creo que efectivamente fue violentado, maltratado y hostigado por sus aprehensores, adicionando el hecho que siempre hubo malas jugadas y burlas en contra de su persona en virtud de su estrato socioeconómico inferior, muy distinto al de la señorita Vial… que no tiene el más mínimo sentido de la decencia al estrellarlo conscientemente contra la pared.

Pero no se crean que me he abanderado por el señor Varas. Ese no es el punto, ni tampoco pretendo crucificar a la periodista que alguna vez fuera promesa en la Universidad Diego Portales. Tampoco reclamo convertirme en justiciera. Sucede que esgrimo una pauta para comprender cómo fue que llegamos a ese punto, cómo sucedió que nos conformamos con destrozar a las personas en público, gozando a partir del resultado, sobre todo si aquellas son capaces de volverse vulnerables en frente de todo un país desmoralizado y desvincularse del mundo real al punto de caer en la desesperanza de sentirse preso y sin ninguna otra alternativa más que ceder ante la brutalidad del descorazonado.

Si la modelo hizo su carrera a costa o no de un futbolista, no es una contrariedad que amerite ser debatida, pero se convierte en bullado tema si la mujer en cuestión acaba divorciada y demanda lo que le corresponde por derecho. Pero si no reclamase, sería una idiota sin ambiciones en la vida y si por el contrario, exige la mitad de los bienes, es una trepadora mal nacida que no sabe de límites. O en otro tanto, si la persona sindica enmudece, se le persigue y se le maltrata sostenidamente hasta que desfallece pero si aporta noticias, éstas se tergiversan; si la involucrada reclama y advierte precisando la realidad, entonces es una manipuladora, si no dice nada, se especula el doble y si efectúa sus descargos, entonces es un tongo armado del cual pretende obtener dividendos gratis.

Nuestro país era distinto hace algunos años atrás. No pretendo culpar de todo a miss Campos con su ya histórico mechoneo a la otrora, señorita Autbert, en el sentido que se reconoce en este episodio un desencadenamiento respecto de todas las noticias farandulescas, pero supongo que también sería justo ahondar en las características de los chanchitos que suelen comerse el afrecho dado. Yo considero que siempre han existido circunstancias cuestionables que acaban en la palestra… recuerden a Cleopatra, robándose a cuanto hombre comprometido se le cruzaba por delante y sin embargo todos la consideraban imbatible, poderosa, diosa... Esa no es la novedad. O que hay de Nerón, loco de atar, injusto, vanidoso, pero autoridad, pero incendiario al fin y al cabo, a vista y paciencia de todo un imperio.

El tema no tiene que ver con los asuntos ventilados, con las situaciones que se van generando a partir de dichos anuncios o revelaciones compartidas a miles y miles de espectadores. Pienso que todo eso tiene que ver con la propia vulnerabilidad de todos nosotros, de nuestras propias frustraciones, de la perdida de sentido del pudor, del extravío de valores, de certezas básicas que más bien tienen que ver con la sana y armónica convivencia, de espacios en donde podemos ser nosotros sin temor a ser criticados, expuestos o exhibidos como artículos comerciables ante los cuales se acaba sucumbiendo como si se tratase de una subasta al mejor postor. Yo creo que el tema de fondo tiene que ver con una maldad originaria; la misma sobre la cual se narra en las escrituras bíblicas y que se ha convertido con los años en un emblema que permea, contiene y reafirma ciertos dogmas. No porque haya perdido la fe en mi iglesia, implica el extravío de las creencias básicas, la fe comprometida de entender que hay premisas que no pudieron haber sido simplemente inventadas por personas con intereses de control a grandes escalas y necesidades de poderío global respecto del entorno. Algo debe haber de cierto. De alguna forma, querámoslo o no, la lucha entre estos dos bandos siempre ha existido, ha sido explícita (aunque matizada dependiendo de la época en que se mueve el mundo) y en ese devenir histórico, poco a poco se observa cómo el bien ha dejado de primar por sobre el mal.

Algunas personas sacian su hambre con la dosis ideal de alimentos, saben que dentro de los términos sanos de un horario, se consumen las cantidades necesarias para abastecer al organismo de los nutrientes que requiere para funcionar, para seguir viviendo. Si a esta necesidad cubierta le agregamos otras igual de indispensables como el prodigarse abrigo, techo, y sobre todo, acceder a una renta mínima para sufragar tales gastos, entonces se entiende que dicha persona es orgánica y funcionalmente apta para desarrollar una vida eficiente. Sin embargo, vestida, protegida y aislada (del frío, del calor), alimentada y premunida de un sueldo, singular y grupalmente puede que no sea del todo feliz. Quizá, antes, si lo era, sobre todo si toda esa dinámica se extendía a otros congéneres. Pero la especie varió y los años de evolución consideran una que otra premisa adicional para el desarrollo humano y que muchas veces sorprendería que nada tienen con mecanismo internalizados en antaño.

Supongamos que Julita Vial, a pesar de su mala entraña, sí fue alimentada con leche materna, si asistió a un colegio que le impartió valores, sus padres le inculcaron virtudes, principios fundantes de la vida y más encima, contó con toda la batería necesaria para desarrollarse acorde a los tiempos, esto es, tuvo recursos económicos, humanos y, oportunidades… ¿Porqué, entonces, no es suficiente? ¿Por qué, adicionalmente, necesita destruir a otras personas? ¿Por qué requiere de vanagloriarse por desenmascarar arbitrios ajenos que en nada le alcanzan? ¿Por qué necesita cuestionar las necesidades de los otros? ¿Por qué no se trata de su insatisfacción crónica? Me imagino que la respuesta tiene que ver, dolorosamente, con la premisa de que hay personas contaminadas, enfermas y sobrepasadas en el quehacer de ganarse la vida y prodigarse el estándar que llevan…

En alguna medida, todos padecemos de este vacío eterno que no se sacia con nada, de esta insatisfacción paralizante que nos orilla a cometer una tras otra burrada y deseado o no, todo ello tiene que ver con el desequilibrio (todo lo que nos desajusta, todo lo que se ausenta y nos hace falta, todo lo que se desea y no se alcanza, todo, lo que existe y no se ocupa, todo lo prodigado y el cómo se desperdició), con ese pugilato constante de decidir en qué lado de la pandereta ubicarse… algunos podrán ir a echarse a los pies de la virgen y dejarse derribar, otros pueden creer que la docilidad y la servilidad es pura manipulación y lanzar muchas piedras, otros tantos pueden politizar la vergüenza y más encima, abonarse los pesos por declararse avergonzado y derruido… otros, en tanto, podrán asentar en los dichos ajenos y recapitular, tomar distancia y no hacer leña del árbol caído… otros serán capaces de darse cuenta de que los tiempos cambiaron, que la sensatez no vende, que los avisantes quieren sangre y que esa sangre sirve para esparcir más dolor, por el simple hecho del recordatorio que quedará en la retina durante los espacios en que se exhibió la publicidad y la asociación que deviene de ella… Hasta cuándo. Hasta dónde.

Pregunto a los cristianos ¿Por qué ya nadie teme de la ira de Dios? Pregunto a los laicos ¿Porqué nadie teme la superposición del lado más oscuro y tenebroso de las fuerzas?

¿A qué extremo debe avanzar nuestra insatisfacción para recapitular?


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