Hombre de fe...
Besuqueado, más allá de la mofa singular, sintetizó un lenguaje común... Entre el muchacho y yo.
Ahora que miro hacia atrás, hubo una carga anímica en ello, desde el apodo y hasta la exclusión, cosa que con los días me parece dulce como el juego encaprichado de los críos, que se llevan la pelota y se marchan cabreados, rabiosos, dejando el juego huérfano y una sensación que se acaba con el no hagamos caso!!!
Porque los críos, no se aguantan,
Los críos se paran y se mandan a cambiar, de ahí lo grave de la
represión, porque los límita desde temprano, sometiéndolos al estrés
de la duópoli: esto es bueno, aquello malo...
Besuqueado resuena también en mi cabeza, como la magnum 44 asestando en mi mente, fábula que él construyó de la nada, con el sutil recurso del bufón sofisticado. Aparece con inflexión en mis oídos, porque el chiste, la gracia, tenía que ver con el cómo él suele recitarlo... Él puede volver inorgánico u orgánico casi cualquier suceso, amable en el borde pero Damocles en el centro. Y yo, entonces, me inclino a creer que avalar a otro, poner ficha en otro, incluso, endosarte a otro, cubre una rutina ejemplar sin desgaste aparente, pero con una enorme fuerza de voluntad por detrás.
Besuqueado, término burlón bien dado, gozó de dicha categoría antes suyo. Pero con una astucia malvada, gozaba en retratarlo como el plato de segunda mesa que se come rápido y que a la larga, no se goza. Su puntudo alargue de frases, sus pausas de audio, incluso la semblanza de un niño pacífico, no hicieron desaparecer al niño asustado que anhela rememorar el amor.
Besuqueado antes, no besuqueado, después.
Y eso carecía de importancia.
Ahora que miro sus muchos mensajes de wsp, que los leo, me pregunto qué se hace, cuál es el orden si besuqueado fue eñ atrás y eñ muchacho, lo supo siempre...
Me coloca entre otras cosas que, el deseo que siente por mi, hace difícil asumir sus decisiones, me cuenta que solo soy yo, solo yo de entre una larga lista de mujeres, me deja entrever que me extraña, que está enfermo de pasión y que necesita hacerse de mi cuerpo. Sentencia que no puede desplazarse con autonomía cada vez que le hablo y que suda mucho si piensa en mi
Me dice tantas cosas y se me revuelve el estómago
He decidido no juzgar, no apologizar, ni desentenderme del cuadro qur yo misma fundé. Es cierto. Pero besuqueado es deshonesto; mete su pene imaginario en mi ser mientras abraza a otra.
Eso no lo soporto. Y eso me hace volverme perversa, someter, castigar, ajusticiar incluso.
Le digo que no está bien soñar con un par de pezones duros y rosados como los míos, que no está bien exudar adrenalina a causa de unos besos intensos que le di, que la fantasía arrebatadora de poseer mi cuerpo, no le servirá de nada, pues nada te deja el deseo si solo versa sobre el poseer...
Me tienta con sus fotos de tatuajes, me enseña algo más hacia abajo cerca de su ingle, pero no me excito, pq cuando me excito, lo hago con mi mente, y mi mente nk está en besuqueado sino en el sin be, y antes de....
Me pide que al menos, lo vea para un café y acepto, lo agendo para las 18:45 18:50.///, el miserable recurso del café breve, de la pausa corta, del engrupiento exprés por si salta la liebre, pero le advierto que a mi no me sale, que nunca he podido saltar de cama en cama, que aunque comparativamente, sus besos fueron mejores, ya posee estatus de besuqueado y que cada vez que lo miré, me acordaré de otro y no de él.
Me acordaré de quien le puso nombre, del día de su bautizo y de todas las veces durante la noche en que soñé ser parte suya, de su historia sin besos reales y de su afán de aullarle a la luna...
No importa, dice él.
Me tengo fe.
Y yo me digo ¿de cual clase?
Seguramente, no es de la
que nos hace falta a mi y también él... A Javier y a mi.
NOTA: Debo escribir más seguido sin entrelíneas...



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