Mi bóveda...




Fuiste tú quien me presentó a la Beth Gibbons. Desde ese entonces, y para mí, lo sombrío de la vida está representado por Postishead
Me contagiaste el virus de Gainsbourg, nunca se me olvidó cómo escribirlo, y cómo se pronuncia, y aunque dije expresamente que no quería vivir, a un idiota se le ocurrió resucitarme con electroschock... Nada qué hacer ahí, era era su pega, para eso le pagaban

¿Cierto?

A veces escucho roads, y a veces también me acuerdo que he puesto en tu lápida un voto de censura, pero como puedes ver, no he hecho caso y en las pistas estoy, devanándome los sesos, sin poder dormir, enajenada con los pensamientos que tanto me empeñé en dejar atrás y que ahora salen atorados de mi...

¡No puedo parar!

Siento que si dejo de hacerlo: cometeré un crimen...

Hay días que a sabiendas, oigo Black Heart, sabiendo que la P. J. Harvey me hace como las reverendas de mal; me evado, dejo atrás el filtro y el suceso de no tomarme las pastillas me trastorna y me sacude. pero ya sabes que soy así, que a veces acudo a ti porque de otra forma, la vida plana, me volavaría la cabeza...

¿Cierto?

La única cosa realmente desagradable es que a las pocas horas, no tengo por donde asirme bebo mucha agua, por montones porque creo que mi cabeza se va a destapar de dolor, y me siento y me levanto y corro al note a escribir la calamidad de atrás hacia adelante y también al revés. Cosas que sólo tú y yo comprendemos, porque solo los locos se comprenden y los locos no saben cómo soltarse.

Ya pasarán estas horas siniestras.

Ta verás que el lunes vuelvo al redil.

Ya sabes que mañana es el día de la carne.

Entonces, se vuelve tolerable.

No te preocupes, cada día que pasa, voy mejor. Cumplo con las estadísticas y rompo mis propias bases, me he plateado incluso otras metas cuáticas que me hablan de una Ángela diferente, quieta, calmada lúcida y permanente, no la que amaste, indomable, errática, pesadilla entre bestias, mordaz y dueña de su embriaguez... te hablo de otra chica, una tipa noble, una mina simpática y adorable, mujer de falda y tacones, de blusa que revienta porque los años no pasan en vano... Mis pechos ya no están en donde los dejaste ni mi trasero es la bomba turgente que te endurecía rápido, claro que no. Ahora me volví la casi abogada, seria, compuesta, a ratos debilucha y volátil, no soy más aquella mujer que aspiraba tus emociones encendiendo todo alrededor nuestro...

Pero es curioso Cardone, es curiosa la vida que te re-edita, cómo te le pareces, o cómo se te le parece él a ti. Cómo puede caer dos veces el mismo rayo en el miso sitio... ¿Cómo?

Anoche, te traje a mi mente, de nuevo, como todas las otras veces que te busco creyendo que has decido dejar el anonimato, y pensé en ti, follándome así suave, envolviéndome en tu deseo hermoso, honesto al aunque fuese de plástico... y me dije que estamos cerca de soltarnos, que no habrá más túnel de promesas ni péndulos que abran portales... estoy cerca de lograrlo, estoy tan cerca Bruno...

A veces pienso que todo fue una ilusión óptica, que sólo yo habría comido pasto por ti, que sólo yo quería vivir del aire por ti, que sólo yo era la única que pensaba que podíamos destrozar al mundo si se hubiera hecho necesario, porque yo quería esquivar las balas, yo quería blindarnos y que ese ejercicio alcanzase para ambos. 

¿Por qué?

Me pediste: ¡por favor! No ames a nadie que no sea yo...

¿Cómo me dejas presa de esa promesa?

Estoy cerca de liberarme, de liberarte, de liberarnos...

Un día, cerca, pronto... las canciones ya no tendrán aquellos otros sentidos que le dimos estando abrazados, un buen día habré desnudado mi corazón y en esa desnudez, caerán las caretas, las fórmulas protocolares, las dramatizaciones que enarbolan las performances impecables pero que ya nada aplaude.

Sabes que no sirven de mucho... ¿Cierto?

Mi amor, mi bóveda secreta, mi ser estrellado.

Nos queda poco tiempo, ya sabes cómo me pongo. No puedo, no puedo esta vez darte en el gusto.

Me empiezo a despedir, Bruno.

Lo sabes. Lo sé.

Adiós negro, adiós mundo, adiós bestia.



Comentarios