Al fin y por fin.
Ayer me
acosté siendo una mujer x, hoy me levanté siendo alguien modificado… Lo sé como
nunca supe esto antes, porque mi estómago lo siente y porque las cosas ya no
pueden bajar a un nivel inferior (nunca se me pasó
por la mente una escena en que yo le decía a otro que si buscaba le metieran un
tiro, se lo estaba consiguiendo bastante bien…),
Dormí
bastante para variar, incómoda sobre un sofá cama casi a ras de piso, es
verdad, acalorada porque el espacio es pequeño en comparación del sitio en
donde echaba mi cuerpo antes. Pero el asunto de fondo es que logré dormir, pese
a que hay y existe gente que todavía piensa que yo peso algo como para
desafiarme.
Sé que leerás
esto, y espero que así sea pues esta vez quiero ser lo suficientemente clara:
No sé quién eres con exactitud, pero se me ocurre que tu vida requiere de algo
que no es fácil de solucionar, tanto así que crees que con hackearme, hacer de
mi vida un intento constante por desajustarme, lo tuyo menguará, lo tuyo
acabará de doler. Pero oye, en verdad, no pasa, Créeme si te digo que, mientras
más cosas intentes hacer en mi contra, más dolerá, más afectado estarás porque
a la larga, no se puede cambiar lo que se siente.
Trato de
pensar qué fue lo que te hice como para que pienses que esto es divertido, o
sea, durante un tiempo fue nefasto, fue horrible saber que te metías por doquier
y que respirabas encima de mí. Créeme si te digo que experimentaba un profundo
asco. Pero después de todo lo que has hecho, de las cosas tan infames que me
has hecho, como que en algún momento, me apagué, el miedo se desconectó de mi,
y ya no me interesaba si me destruías todos los archivos, si me robabas mis
cuentos o mis amagos de proyectos, los ensayos, las columnas y mis diarios de
vida… Llegó un punto en que todo eso importó cero, que nada de lo que
intentaras hacer en mi contra, funcionase para conseguir infligirme más dolor o
tristeza. No puedes matarme de esa manera, porque yo morí hace muchos años,
incluso, creo que si alguna vez tuviste acceso literal a mi, ya lo estaba. Así
que, querido: ¡No puedes robarme nada ya!
Me bloqueaste
para que entrara a mi propio Blog!!! ¿Sabes qué reacción tuve? Reír, solo atiné
a reír, porque es lo único que me provoca ese empeño tuyo en querer
controlarme, o controlar lo que sale de mi. Pero bueno, mira que has conseguido
algo, y es este desprecio público que ahora me inspiro a regalarte, decirte que
en el fondo de mi corazón siempre he sabido quién eres, que aparte de lastima,
tengo un sentimiento que ni yo misma puedo describir, pq puede que solo sea
inercia, inercia de aguantar tu déspota manera de ver la vida, tu precariedad
para sumir que eres un ser incompleto, la desgracia que debe ser no poder gozar
a través de tu cuerpo porque sabes bien, que para ciertos menesteres, no sirve.
¿Qué terrible debe ser la vida de alguien que solo puede pagar para tener un
segundo de alivio? No imagino cuan horrible debe ser, porque al menos yo, he
tenido la gloria, y la gloria se a reconciliado conmigo y yo con ella; después
de estar con un muchacho tan distinto de ti, tan lejano a lo que jamás podrías
acceder a ser. Créeme, jamás podrías acercarte ni una mínima parte de lo que él
es, porque hombres así de indómitos, no existen más. Y tú, tú solo te has
dedicado a robarle el alma a la gente, a encerrarla denostándola, a corroerte
más el espíritu haciéndole creer a los otros que carecen de valía tal y como
son. Ese es tu juego favorito, molestar, juzgar, censurar, golpear una y otra
vez en las inseguridades ajenas, mutilar lo que queda en pie, hacerte el macho
cabrío para hundir tu puño en la fragilidad ajena, so pretexto de “enseñar”.
¿Enseñar qué?
¿Quién te dio
licencia para ello?
Ahora que
miro hacia atrás y saco la cuenta desde cuándo vienes haciendo esto, consigno
en mi cuadratura mental que las grandes penas y los peores malestares te los
debo a ti, que mi paranoia te la debo a ti, que mi acidez crónica te la debo a
ti… Pero sabes qué, mafioso del quinto infierno sin número, también te debo
comprender que la vida es así, que haga lo que yo haga, siempre existirá gente
como tú que piensa que vulnerar a los otros, es entretenido, que irrogarte un
control que nadie te ha otorgado, también. Y no podré hacerlo nunca, pues
apenas llegara a suceder, seguramente nacería otro igual a ti, o uno peor. Lo
que si descubrí fue que tenía el poder de sacarte de quicio, porque cada vez
que me viste destruida, pensaste que cogería una soga, que me lanzaría al mar,
o que me arrojaría al metro… todas esas veces, al final desistí. Entonces, así
de súbito, encontré el antídoto, un antídoto tan simple y tan eficaz y que
tenía que ver con despegarse, con incluso estar dispuesta a perderlo todo,
hasta la vida. Así que en rigor, no puedes quitarme nada: BLOQUEAME todos los
accesos, ya vez que dejé el face, el instagram, que ya casi no me comunico con
los demás… sabes por qué??? Porque si alguien necesita comunicarse conmigo, me
hallará, sabrá de mi, le narraré en vivo que ha sido de mi, de mi vida, de mi
ser, de mis inquietudes y eso, todo eso estimado jamás lo podrás hackear.
Querías enterarte a cuantos me he follado??? A cuántos le envié fotos de mis
tetas al aire??? Cuántos se han venido masturbándose con mis narraciones???
Ja!! Olvídalo, necesitarías muchos dedos para contar.
A la larga,
perdiste. A la larga yo no necesito nada de eso porque me encontré, me di
cuenta de que todo eso era miedo. Me importa una soberana raja que me borres
todos los archivos, que te devanes los sesos buscando qué hago, con quien me
junto, qué hago en las horas en que no me ves conectada y que te es imposible
rastrearme el paso, porque nunca lo sabrás. Nunca robarás mis pensamientos.
Así que borra
mis sitios, mis Blogs, mis páginas en donde digo estar enamorada de un hombre
que no te llega ni a los talones, desquítate y borra todo. Créeme, el dolor no
se te irá y sin embargo, todos esos escritos estarán en mi toda la vida que me
quede por vivir, porque brotaron de mi, nacieron en mi mente genuina, en mi ser
de verdad, y podría reescribirlo todo, y mejor. Qué importa cuánto daño creas
que puedes hacerme. Eso ya no existe.
Hagas lo que
hagas, siempre acabaré riendo. Si me bloqueas uno, yo abriré tres más, si me
lanzas mierda, yo escribiré 5 veces más, y así, la historia sin final, solo que
de ahora en adelante, ya no importas más, porque no puede importar quien no
sabe qué es la libertad. ¿Cómo podría importarte si jamás la has conocido ni la
conocerás?
Consíguete
una vida, opérate la parte que tú ya sabes, no sé… o deja que te lo metan por
atrás si no tiene remedio. Pero has algo, urgente.
Suerte.
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