COLUMNA: Por fin es Viernes. HOY: Amor.- D.D.OLMEDO. 4ta. Retorno. 14 de febrero de 2014 a la(s) 14:43
COLUMNA: Por fin es Viernes.
HOY: Amor.-
D.D.OLMEDO.
4ta. Retorno.
"Cuando apareció por entremedio de la multitud, supe que el aliento no bastaba, que la ceguera no conmovía, y que los residuos fantasmagóricos eran un antídoto para los cobardes..."
Mariano Latorre, en: "El Mundo De Las Cosas Aparte".
El año pasado en esta misma fecha, figuraba en una habitación, completamente a oscuras, sola, postrada y llorando a mares; me había enterado días antes que, el supuesto "majestuoso" amor de aquel entonces, se encontraba de vacaciones en Brasil con la que, según él mismo, se había separado hacía meses... Me siento frenta a la pantalla de un ordenador cualquiera, alguien junto a mi da "enter" y ¡chan!: Ella, la ex, figura en un perfil de facebook mostrando su total y completa alegría en la ciudad de Sau Paulo con el que, semanas antes decía que era yo la mujer de su vida...
La última vez que leí los mensajes de Bruno en mi casilla de hotmail, los procesé larga y profundamente para que jamás se me olvidara tan solo una letra. De ese dossier, conservé sólo uno en particular, el que en cierta forma me impulsó a viajar kilómetros para llegar hasta su boca... comprobar en la dulzura de un beso que aquello no era un sueño sino amor...
Tras un catastrófico año, después de esos acontecimientos, descubro con asombro que cada ser humano no sabe de su potencia, de la inmensa energía y valor que tiene en su batería interna para sobreponerse ante la adversidad. Contrario a todo pronóstico, amar a ese mal hombre, me transformó en mejor persona, me cambió la raíz pero jamás degeneró mi esencia.
¿Por qué?
Porque a pesar de todo fuí capaz de perdonarlo y también, de sentir el deseo de dejar todo eso atrás y levantarme a pesar de las circunstancias.
Amar a Bruno fue algo que ni siquiera hoy me puedo explicar, no después de razonar completamente que es imposible amar a alguien que no se reconoce, a quien no comprendes y sobre todo, a quien te lastima tanto. Miro hacia atrás y veo a un hombre asustado corriendo a toda prisa, escapándose de lo desconocido por temor a no dar en la talla o por miedo a ser escrutado en su ser interno y con ello, ver vista desbaratada su esencia...
Lamentablemente, en ese mismo trayecto, me diagnosticaron un cáncer de tiroides (el que a la fecha tengo a raya) y debo admitir que el ánimo no siempre se mantuvo estóico, al contrario. Pero, habidas estas consiederaciones, creo que más allá de toda duda razonable, mi pasión por la vida se estancó repentinamente porque la confianza en la gente se había extraviado.
Bruno, no era el villano y yo la víctima. Mirando hacia el fondo del asunto, ambos fuimos presas del miedo y de la equivocación; él, al no soportar tener que dividirse en dos, lo conocido y el sacrificio para hallar paz... yo, representado en él, todos y cada uno de mis abandonos históricos... Ahora, en la distancia, con madurez y algo de equilibrio, lo sé. Mi corazón lo sabe. No se puede librar una batalla sin saber y conocer el valor dentro de uno. Para bien o para mal, lo que al final trasciende en el seno de la humanidad, es entender que la subsistencia de la raza humana concuerda con la estimación de los finales de a dos: dos en la amistad, dos en la complicidad de un proyecto, dos en el amor de la madre por su hijo y viceversa; dos en la promesa de amor que es capaz de abrir un portal energético como me sucedió a mi y que hoy me lleva a aseverar que siempre querré a Bruno, pero ya no como lo que fue, sino, por el significado de su participación en mi vida, como el recuerdo de una pasión que me llevó a una escala mayor y a comprender cuáles eran mis carencias...
Hace muchos años atrás, una señora me dijo en lenguaje quiromántico que el amor de mi vida estaba fuera de estas fronteras, que en mi vida adulta debería decidir si seguirlo o no y yo me digo ahora, cuántas veces sabotee mis estancias fuera de Chile y cómo será verdaderamente dejar de contradecir tanto al destino.
¿Y si fuese cierto?
¿Quién es capaz de anticiparse a lo que no se puede controlar?
Con el tiempo y el trabajo personal fuí comprendiendo que el amor fundamental que no puede faltar es el que uno DEBE EXPERIMENTAR HACIA UNO MISMO. Sólo desde éste equilibrio, comienzas a darte cuenta de qué cosas son complementarias y cuáles, odiosas muletas que nos van tendiendo trampas... El amor, en caso alguno tiene que ver con la exigencia, con la imposición, con el dominio y la rigidez de la anticipación. ¡Está bien! De acuerdo; otra cosa es con guitarra. Sé bien que la tentación es grande ante la inminencia de factores distractores, pero humildemente sugiero vivir al día, sacar de nuestra mochila los deseos peregrinos que mutan con el bioritmo y hacer el ejercicio de invitar a nuestra vida a emociones y sentimientos tales como la ternura y la compasión, la caridad y el respeto, el genuino proceso de la aceptación y la tolerancia y, experimentar el amor a la usanza antigua en donde los compromisos emanaban de la fe más que de las carencias y demandas frívolas y/o egoístas...
Yo, a pesar de las circunstancias, soy hincha del AMOR, pero no del concepto de la vitrina y el marketing; yo soy adherente al sentimiento original, ese relacionado con necesidades más bondadosas como darse cuenta de que a veces, amar también implica renunciar aunque duela y marque tanto.
Hace unos meses y a la Jodorosky, desplegué todos mis recursos emocionales y dejé partir a ese amor desde mi corazón y lo hice de la mano de alguine que llegó a mi vida para ayudarme a hacer aquella transcisión, sujeto al que siempre le estaré profundamente agradecida aunque él no comprenda todavía el porqué de algunos sucesos y eventualidades que no siempre te llevan a seguir adelante con una relación. A veces, algunas personas llegan a nuestra vida sin una lógica aparente pero después de un tiempo la pieza se acomoda dentro del tablero y lo entiendes casi por arte de magia. De alguna manera, este complejo engranaje denominado vida, atienda cada una de nuestras contradicciones y se encarga de volver hacer a andar todo su mecanismo central... entonces, recobras el pulso y la sangre dentro de ti hace lo suyo...
Pasé mucho tiempo a la deriva creyendo que el karma era potente; maldecir tampoco ayuda y estaba en eso cuando de improviso, algo varío y la luz reapareció. Poco a poco, sin esperar mucho, fui entendiendo que mi gran amor son las letras, este don que el Universo me dió para poder deletrear lo que ocurre en mi fábrica de ilusiones y sueños. Desde la constatación de un mundo propio, rico y fortalecido en base a las experiencias de todo tipo, ya no temo a estar sola, no existe ese parafraseo en mi... no hay terror nocturno al no sentirme abrazada a alguien o al deseo de besar los labios de otro cada mañana y no porque la soberbia me orille a decir que no lo necesito sino por algo mucho más básico: Sé quién soy y lo que necesito. Y eso implica que no debo buscarlo pues sé que llegará.
Entonces, para mi el amor va más allá y pasa a transformarse en una celebración diaria con todos sus matices, bemoles y agraces, aún con días nublados, con fantasmas, con contradicciones, con nuevos candidatos y con todo lo que el porvenir pueda acerca hasta mi...
La vida, como lo he escrito montones de veces, siempre es aquí y ahora y esa sola constatación es amor, luz... es esperanza.
HOY: Amor.-
D.D.OLMEDO.
4ta. Retorno.
"Cuando apareció por entremedio de la multitud, supe que el aliento no bastaba, que la ceguera no conmovía, y que los residuos fantasmagóricos eran un antídoto para los cobardes..."
Mariano Latorre, en: "El Mundo De Las Cosas Aparte".
El año pasado en esta misma fecha, figuraba en una habitación, completamente a oscuras, sola, postrada y llorando a mares; me había enterado días antes que, el supuesto "majestuoso" amor de aquel entonces, se encontraba de vacaciones en Brasil con la que, según él mismo, se había separado hacía meses... Me siento frenta a la pantalla de un ordenador cualquiera, alguien junto a mi da "enter" y ¡chan!: Ella, la ex, figura en un perfil de facebook mostrando su total y completa alegría en la ciudad de Sau Paulo con el que, semanas antes decía que era yo la mujer de su vida...
La última vez que leí los mensajes de Bruno en mi casilla de hotmail, los procesé larga y profundamente para que jamás se me olvidara tan solo una letra. De ese dossier, conservé sólo uno en particular, el que en cierta forma me impulsó a viajar kilómetros para llegar hasta su boca... comprobar en la dulzura de un beso que aquello no era un sueño sino amor...
Tras un catastrófico año, después de esos acontecimientos, descubro con asombro que cada ser humano no sabe de su potencia, de la inmensa energía y valor que tiene en su batería interna para sobreponerse ante la adversidad. Contrario a todo pronóstico, amar a ese mal hombre, me transformó en mejor persona, me cambió la raíz pero jamás degeneró mi esencia.
¿Por qué?
Porque a pesar de todo fuí capaz de perdonarlo y también, de sentir el deseo de dejar todo eso atrás y levantarme a pesar de las circunstancias.
Amar a Bruno fue algo que ni siquiera hoy me puedo explicar, no después de razonar completamente que es imposible amar a alguien que no se reconoce, a quien no comprendes y sobre todo, a quien te lastima tanto. Miro hacia atrás y veo a un hombre asustado corriendo a toda prisa, escapándose de lo desconocido por temor a no dar en la talla o por miedo a ser escrutado en su ser interno y con ello, ver vista desbaratada su esencia...
Lamentablemente, en ese mismo trayecto, me diagnosticaron un cáncer de tiroides (el que a la fecha tengo a raya) y debo admitir que el ánimo no siempre se mantuvo estóico, al contrario. Pero, habidas estas consiederaciones, creo que más allá de toda duda razonable, mi pasión por la vida se estancó repentinamente porque la confianza en la gente se había extraviado.
Bruno, no era el villano y yo la víctima. Mirando hacia el fondo del asunto, ambos fuimos presas del miedo y de la equivocación; él, al no soportar tener que dividirse en dos, lo conocido y el sacrificio para hallar paz... yo, representado en él, todos y cada uno de mis abandonos históricos... Ahora, en la distancia, con madurez y algo de equilibrio, lo sé. Mi corazón lo sabe. No se puede librar una batalla sin saber y conocer el valor dentro de uno. Para bien o para mal, lo que al final trasciende en el seno de la humanidad, es entender que la subsistencia de la raza humana concuerda con la estimación de los finales de a dos: dos en la amistad, dos en la complicidad de un proyecto, dos en el amor de la madre por su hijo y viceversa; dos en la promesa de amor que es capaz de abrir un portal energético como me sucedió a mi y que hoy me lleva a aseverar que siempre querré a Bruno, pero ya no como lo que fue, sino, por el significado de su participación en mi vida, como el recuerdo de una pasión que me llevó a una escala mayor y a comprender cuáles eran mis carencias...
Hace muchos años atrás, una señora me dijo en lenguaje quiromántico que el amor de mi vida estaba fuera de estas fronteras, que en mi vida adulta debería decidir si seguirlo o no y yo me digo ahora, cuántas veces sabotee mis estancias fuera de Chile y cómo será verdaderamente dejar de contradecir tanto al destino.
¿Y si fuese cierto?
¿Quién es capaz de anticiparse a lo que no se puede controlar?
Con el tiempo y el trabajo personal fuí comprendiendo que el amor fundamental que no puede faltar es el que uno DEBE EXPERIMENTAR HACIA UNO MISMO. Sólo desde éste equilibrio, comienzas a darte cuenta de qué cosas son complementarias y cuáles, odiosas muletas que nos van tendiendo trampas... El amor, en caso alguno tiene que ver con la exigencia, con la imposición, con el dominio y la rigidez de la anticipación. ¡Está bien! De acuerdo; otra cosa es con guitarra. Sé bien que la tentación es grande ante la inminencia de factores distractores, pero humildemente sugiero vivir al día, sacar de nuestra mochila los deseos peregrinos que mutan con el bioritmo y hacer el ejercicio de invitar a nuestra vida a emociones y sentimientos tales como la ternura y la compasión, la caridad y el respeto, el genuino proceso de la aceptación y la tolerancia y, experimentar el amor a la usanza antigua en donde los compromisos emanaban de la fe más que de las carencias y demandas frívolas y/o egoístas...
Yo, a pesar de las circunstancias, soy hincha del AMOR, pero no del concepto de la vitrina y el marketing; yo soy adherente al sentimiento original, ese relacionado con necesidades más bondadosas como darse cuenta de que a veces, amar también implica renunciar aunque duela y marque tanto.
Hace unos meses y a la Jodorosky, desplegué todos mis recursos emocionales y dejé partir a ese amor desde mi corazón y lo hice de la mano de alguine que llegó a mi vida para ayudarme a hacer aquella transcisión, sujeto al que siempre le estaré profundamente agradecida aunque él no comprenda todavía el porqué de algunos sucesos y eventualidades que no siempre te llevan a seguir adelante con una relación. A veces, algunas personas llegan a nuestra vida sin una lógica aparente pero después de un tiempo la pieza se acomoda dentro del tablero y lo entiendes casi por arte de magia. De alguna manera, este complejo engranaje denominado vida, atienda cada una de nuestras contradicciones y se encarga de volver hacer a andar todo su mecanismo central... entonces, recobras el pulso y la sangre dentro de ti hace lo suyo...
Pasé mucho tiempo a la deriva creyendo que el karma era potente; maldecir tampoco ayuda y estaba en eso cuando de improviso, algo varío y la luz reapareció. Poco a poco, sin esperar mucho, fui entendiendo que mi gran amor son las letras, este don que el Universo me dió para poder deletrear lo que ocurre en mi fábrica de ilusiones y sueños. Desde la constatación de un mundo propio, rico y fortalecido en base a las experiencias de todo tipo, ya no temo a estar sola, no existe ese parafraseo en mi... no hay terror nocturno al no sentirme abrazada a alguien o al deseo de besar los labios de otro cada mañana y no porque la soberbia me orille a decir que no lo necesito sino por algo mucho más básico: Sé quién soy y lo que necesito. Y eso implica que no debo buscarlo pues sé que llegará.
Entonces, para mi el amor va más allá y pasa a transformarse en una celebración diaria con todos sus matices, bemoles y agraces, aún con días nublados, con fantasmas, con contradicciones, con nuevos candidatos y con todo lo que el porvenir pueda acerca hasta mi...
La vida, como lo he escrito montones de veces, siempre es aquí y ahora y esa sola constatación es amor, luz... es esperanza.



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