COLUMNA: Por Fin es Viernes. HOY: Un final diferente para mi. D.D.OLMEDO. 7ma. de Retorno. 9 de marzo de 2014 a la(s) 14:27


COLUMNA: Por Fin es Viernes.
HOY: "Un final diferente para mi".
D.D.OLMEDO.
7ma. de Retorno.

“El amor es nuestro verdadero destino. No encontramos el sentido de la vida por nuestra cuenta - lo encontramos junto a alguien” 

―Thomas Merton Frases y Citas - http://akifrases.com



Todas las veces en que se me atraviesa un párrafo nocturno, entonces sé cuánto se aproxima una buena historia. Es un asunto de connotaciones mágicas pues duermo y en medio del sueño, la historia comienza a hilarse. Tejidos y entrelazados su personajes en fase rem y su apronte en la huella del abrir mis ojos, la sensación es perfecta, sus facciones quedan escritas en el cielo con un marco precioso que no se parece en nada a los nadie de una realidad paralela del mundo que me tocó habitar…

Las Redes Sociales contribuyeron al acercamiento global entre las personas, es cierto. Hace varios años, un amigo cibernético de ese entonces, encontraba maravilloso poder hablar al mismo tiempo con una tía de Pakistán y con otra fémina en el Congo y además, hacerle creer a su polola (vía mensaje de texto) que se iba a la cama porque no daba más de sueño. ¡Ja! Encontraba el sujeto en cuestión salvaje de bueno poder interconectarse con muchas personas casi al mismo tiempo, aún cuando con algo de suerte, apenas la reconociese por su nombre…

En mi sueño, conozco a un hombre a través de una página cualquiera. Me enternezco rápidamente con su hablantina y casi, inmediatamente, me siento en particular enamoradiza. La sensación se acerca bastante a un efecto especial bien logrado. Por enésima vez me digo: “La hiciste”.
Mi sueño avanza y a poco andar descubro con asombro que doblo en años al encantador desconocido y que con todo, él y sus encantos no trepidan en la insistencia. El sueño se interrumpe bruscamente cuando me levanto agitada al baño y tras lavarme la cara, me contemplo en el espejo y descubro que mi rostro ya no es el de siempre sino en el de la actriz Sigrid Alegría. Cuando creía que el sueño había acabado, regreso a la habitación, me tumbo sobre el colchón y con impacto advierto que junto a mi cuerpo pesado, yace el de un chiquillo de complexión famélica que me dice sonriendo: “Estuvo Rico”.
Ahí sí que desperté.

Una vez le pregunté a ese otro sujeto, el computín, qué sacaba con tener a un harem artificial de minas locas detrás de él si era incapaz de trasladar ese escenario hacia la realidad. Me dijo: “Ese es tu problema, tú crees que todas las micros te sirven; es sólo diversión para mí. Yo no pienso en nada, sólo disfruto de la atemporalidad que te da el escenario virtual, del letargo y de la estupidez que conduce a creer que todos dicen la verdad…”
Lo que siguió a esa charla, fue un decálogo del cómo se comporta un hombre cuando está persiguiendo la satisfacción personal y nada más que eso. Fue “ilustrador”, lo admito y hasta el presente me sirve para identificar circunstancias de peligro ante las cuales no hay para qué exponerse. Supongo que tiene razón, no se puede ir por la vida internalizando todo lo que se recibe, mucho de ese lugar es basura que contamina con su percolado.
Y una lo sabe.
Hacerse la que no. Es algo diferente.

Aprendí con los años a seguir los sabios consejos de don Coco Legrand: ¡Siempre de weón!

He pensado harto en el sueño que tuve y si bien es cierto y no simboliza en extremo mi situación, creo que apela al temor intrínseco de confundirse en la elección a consecuencia de la soledad…

Es verdad que las mujeres del 2014 se han soltado, ya no temen a un montón de cosas y se seguro su dinámica libertaria de estigmas y prejuicios sigue solucionándose al alero del sentido común; es raro que un hombre (sensato) crea que ella debe someterse a sus caprichos. Pero ello es en el formato publicitario. En la dimensión real que habitamos, aún algunos hombres están lejos de comprender qué es una mujer, qué necesita, cómo hacerla feliz, tenga veinte y tantos o más de cuarenta…

Una mujer es más que un útero en donde anidar la vida y un espacio hueco en donde el macho satisface su libido; mucho más que una estratega del presupuesto familiar o una faraona de las labores domésticas. La mujer siempre ha sido y es, un ser humano frágil, delicado y complejo que puede desear un millón de cosas en un instante y al minuto siguiente, desecharlas sin saber ni entender ciertamente, por qué lo hace.
Más allá de su fisiología hormonal que la traiciona cada vez más seguido, la mujer combate a diario con el descrédito que su propio género le ha impuesto; todas esas veces en que nos maltratamos entre nosotras, o cada vez que se lanza la primera piedra porque ella actúa fuera de los parámetros convencionales…

Desafiar cánones no tiene que ver con adherir a la protesta, necesariamente. A veces, la consigna personal va más allá de un puesto en la sociedad o que tu pareja no haga morisquetas peyorativas mientras le expresas tus miedos, insatisfacciones o dramas. Ir en contra de la corriente a lo mejor también tiene que ver con una forma de decir: “Hey, mírame, soy igual que tú; respiro y me canso…”.

Sin embargo, el hombre lesionado y rencoroso (a consecuencia de haber cargado toda la vida una enorme mochila social) la combate a diario, castigándola con la indiferencia: “No querías emanciparte, entonces, sufre las consecuencias”.

Conozco a muchas mujeres que en verdad estrangularía sin el más mínimo remordimiento y creo que esto faculta también a cualquier hombre para detestarnos muchas veces. Empero, a Dios gracias y existen las diferencias y desde ese sitio, la posibilidad de descubrir un puerto de encuentro.

Personalmente, ya no me importa si un hombre juega play station a los 40’ y sólo sabe hacerte callar cuando pasan un comentario de fútbol en la televisión. Estas cosas ya están dadas así, la sociedad machista que construimos se plantó de ese modo; no es el espíritu lúdico del otro el que me genera conflicto, más bien me decepciona que no suelte el joistick si tengo 40 de fiebre o le digo de súbito que me acaban de despedir o que simplemente, tengo pena…

En este murallón de individualidad que nos hemos empeñado en ir construyendo, lo que más afecta adentro es la improbable situación de volver a ser lo que alguna vez fuimos; todos iguales, de carne y de huesos…

Yo imaginaba que estimulando mis sentidos acercándome a la juventud de otro, lograba endosar el peso habitual de la incertidumbre de la vida misma; mis sueños y pesadillas confirman que estoy lejos de eso.
No podemos tapar el sol con un dedo y yo ya no estoy para dármelas de Demi Moore.

Yo sólo deseo hallarme un partner, un tipo normal que de cancha, tiro y lado, de esos que te impactan justamente porque no hicieron nada artificial ni deslumbrante para noquearte; son no más ellos mismos…

Todos los días pido al universo poder construir la mejor de las historias que haya confeccionado; la mía, la propia, una que tenga un final apropiado, no el feliz con olor a cuento de hadas sino el oportuno, el indicado para lo que siempre he sido y soy: Mujer.


https://www.youtube.com/watch?v=tbYjuGxH0S4

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