PLAN SIN RUTA: (Relatos Cortos) Breves sin fecha.- DDOLMEDO
PLAN SIN RUTA:
(Relatos Cortos)
Breves sin fecha.-
DDOLMEDO
Entro al baño aún medio sonámbula. Y tal se
había hecho el hábito, que no hubo amago decoroso de cerrar la puerta, se sentó
seca y empezó a evacuar. Haciendo lo suyo con los ojos aún cerrados… ese sitio
estaba fuera del alcance del mundo exterior, casi nada lo tocaba, ella había
convencido a su mente que todo eso significaba un paréntesis. Ahí, dentro de
aquel mundo privado, el resto funcionaba celosamente de un modo extraordinario.
Con los antebrazos echados sobre sus muslos, las
manos caían lacias hacia la proximidad de la baldosa, no había pensamientos en
ese instante o quizá uno tibio, ese que merodea de cuando en cuando en su
cabeza y que logra de súbito, recuerda al “Jefe”. Le dice brevemente: ¡No lo
permitas! Líbrame de ese síndrome. Le repetía que era y sentía, un nuevo
comienzo… que necesita el resto para hacer lo único que le resulta mejor:
imaginarse que es otra persona y huir de los ruidos que continúan metiéndole
cuco.
Levanta la cabeza ya por fin con los ojos abiertos
y se sonríe captando la respuesta que ha llegado casi de forma inmediata…
Delante suyo y en el vacío de un piso flotante polvoriento, las pelusas y
pequeñas basuritas se han convertido en una foto amateur sobre la vía láctea,
todo está ahí; Andrómeda, el cinturón de Orión, las estrellas más brillantes de
la galaxia difuminándose por el cosmos de ese suelo paradojal, ahora café
grisáceo y superpuesto enfrente de ella… Pensó: aún tengo algo de tiempo, me
queda todavía.
Se levantó, cubrió el inodoro y vacío el estanque,
y salió rumbo al dormitorio arrastrando los pies desnudos. Antes de girar y
volverse al pasillo, se encontró con el espejo y por el rabillo del ojo,
observó sin ganas lo que quedaba de su cuerpo… casi nunca lo hacía, ya no. Poco
o casi nada le importaba su aspecto. Si lucía bien, creía que era obra divina,
si no, también. Así que no resultaba importante. A veces, sin embargo, se
reconciliaba con la luna en el centro y encontraba en la imagen a quien fue
alguna vez. Más allá de cómo luciera el envase, lograba por un instante ver más
allá de todo y las capas empezaban a caer quedando al descubierto la misma
pequeña sin mácula que yo vi desde el principio… Pero era un momento fugaz,
luego, volvía a lo de siempre; masajeo exprés sobre una piel apenas marcada por
las líneas de expresión, una raya sutil sobre los párpados superiores y sería.
Para qué más. Remataba interiormente. Y después se lanzaba a lo de siempre, sin
plan, sin ninguna ruta anticipada. Su lema, si es que podría decirles algo como
eso, justamente era no tenerlo. En la calle podía verse y sentirse como una
partícula más dentro del universo…
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