¿Vienes?...


Hoy día me acordé de ti. Yo creo que hace mucho no te traía al pensamiento y es que con días así de nublados, trato que tu ser en mi, reúna fuerzas para remar hacia adelante.

¿Te mencioné que sigo creyendo en ti a pesar de todas las estadísticas?
¿Te dije hoy que a pesar de todo continúo levantándome creyendo que un día me darás los buenos días?
¿Te había escrito que sigo apostando por el día de verte aparecer, cobrando sentido tan larga espera?

Puede que estás cosas ya las haya puesto en alguna parte (antes, mucho antes, hacia atrás en el recorrido del este viaje... o a propósito de confundirte tantas veces so pretexto de las carencias...), y que el eco siga siendo inmenso. Porque como me escribió alguna persona, tal vez, yo te haya pasado de largo, o tú, hayas sido un poco piticiego... puede que nos hayamos casi, rosado los pies, la punta de los dedos en alguna intersección por calles de Santiago o de cualquiera otra ciudad, incluso estando fuera de Chile. Quién sabe si ello pudo haber sido posible, tan posible como que tú, ibas bajándote y yo, abordando... 

Creo que todo puede ser posible, incluso, lo imaginado que la gente tanto intenta que entierres... que dejes de fantasear o de creer que mereces más...

En días tan burdos como este, me pregunto si acaso te has venido de rodillas, si tienes algún tipo de cojera, o cualquiera otra lentitud que te retenga, te desplace, puede incluso, hasta seas un negado en tecnologías y como tal, cero a la izquierda para el gps, localizadores varios, app de ubicación en tiempo real y todas aquellas herramientas sublevadas de las que habló Snowden en tan horrible película sobre control ciudadano extremo. ¿Pero sabes qué? Yo creo en dicho caso, hasta hubiese perdonado echases mano a toda esa basura mediata si el fin último estaba conectado con, encontrarnos y/ reconocernos...

Sabes que estamos contra el tiempo; ya no tengo ni la "juventud" de antes ni la energía para reconocerte de buenas a primeras, de hecho, tuve la mala ocurrencia de buscarte en Tinder: Sí, lo sé, ¿Quién podría creer que era un medio válido? Sólo yo, de seguro, que aparte de frenética y voraz, continúa creyendo que las maneja todas. Está bien, te concedo ese punto. Empero, despejada la debacle que causó esa breve pasada, quiero que sepas que me sirvió. Te cuento brevemente: conocí a un sujeto que, inicialmente, lucía como otra persona, alguien que me traía malos recuerdos por el innegable parecido físico con un fantasma del pasado... ya sabes, aquella historia sobre la que incluso, llegué a escribir un libro llorón y romanticoide que a tanta gente gustó por su vívida redacción... 

Sí, también sé que fue uno de tantos otros excesos. 

Sin embargo, a poco andar, más comprendí que en verdad me recordaba a una parte de mi tan enredada con otras emociones y sentimientos confusos, cuestiones que ya, no necesito. Entonces, lo bueno de todo eso es haberlo visto, procesar qué cosas no hay ya en mí; yo jamás podría causarle sufrimiento a otro, deliberadamente. No al menos en el presente, ni aún a causa de mis malas decisiones.

Aquella frenética carrera contra el tiempo muerto, trajo consecuencias, es verdad, consecuencias de las cuales no te puedes arrepentir porque se fundan en apuestas; quien no apuesta, no merece amar ni ser amado, y desde ese rincón, entonces me digo que valió la pena. Ya está. Ahí está tu resumen. 

Una vez que me levanté de ese caos (porque al relacionarte con gente caótica, potencia el desastre residual de vida que llevas), entendí: lo peor que puedes hacer ante el desprecio, es llorar. ¿Llorar por qué? Si a tanta gente le dicen que no, a tanta gente le pasamos de largo, a tantas otras personas también le hemos dicho no y quizás, hasta roto el corazón... ¿Cierto?

Entonces, amor, ¡Apúrate!
Intenta dar pasos más rápido, no importa que luego nos demoremos toda una vida en desvestirnos, pero al menos, trata de apresurarte para al menos, saber que vamos bien.

Te pido todo esto porque mi envasé se agotó, mi ser se está descomponiendo a paso firme y no sé cuánto más pueda esperarte sin perder la fe, cometer el clásico error de verte en otros ojos, en otros argumentos porque ya lo sabes bien, las calenturas me rondan seguido, me inspiro de tal modo en ciertas noches que no tengo más remedio que saciarlas y sé que esa astucia exprés, luego me gasta malas pasadas. Lo sé bien, amor. No veas esas estupideces en mi, no registres esos cuerpos a mi haber porque no se comparan con la felicidad que sentiría de saber que en verdad, así muy en serio: eres tú y no alguien más usurpando el lugar que es solo tuyo.

Te escribo para decirte que no pasa un solo día en que no tenga la cuota de fe mínima para imaginar tu cara (aunque está nunca se revele ante mis ojos), momento en querido al universo seas como te sea ser, pero que seas tú, no importan tus cicatrices, tu agenda pasada, los pesos que traigas contigo, lo importante amor mío es que al final del día, seas tú y no otra persona gastando un performance solo para saciar su deseo negro, su ira, su carencia...

Por último, te cuento que aprendí un montón este verano. Fue como haber asistido a clases nuevamente, y cada instrucción recibida, sirvió para decirme frente a un gran espejo: Oye, no mereces pasar por nada de aquello, no debes pasar por esas cosas. ¿Qué sentido tiene rogar? No cambia el rogado porque le supliquen... Entonces: ¿Qué haces rogando, Ángela? ¿Qué tienes en la cabeza, que te conformas con migajas? Eso fue lo que me dije. Y de alguna manera, funcionó. El trance acabó. 

Lo único que rescaté, es la necesidad de nunca más someterme a nada ni a nadie, de re-entrenar mi lado salvaje, sin caer en la sobre actuación, y lo más importante, dejar de buscar, dejar de pedir cosas que la gente no quiere dar, dejar de recrear en mi mente características de las personas que no existen, dejar que el resto haga lo que quiera, dejar de creer que las personas deben ser corteses o afectuosas si no les nace hacerlo, dejar de imitar a Roberto Carlos; en estos tiempos ya nadie tiene un millón de amigos (eso es solo un invento del fb).

Finalmente, amor, solo te pido que hagas un último esfuerzo, pues yo lo haré: Se acabaron las insoportables búsquedas en que cada recorrido me servía, pues necesito que tú seas quien me encuentre, deseo con una fuerza inusitada entender que no tengo que buscar nada pues todas las respuestas están dentro de mi, trata eso si de llegar a mediados de Agosto (porque en esa fecha, ya estaré titulada). Y si andas por ahí, es decir, ya apareciste y me estás rondando, entonces: arregla tus asuntos, resuelve tus pendientes, deja de hacerte el chistoso asomándote y luego, retrayéndote. Si tienes dudas, y sólo es una pelusa sobre tu solapa, entonces aléjate del todo, sigue tu camino, mira en otra dirección porque no vine al mundo para alimentar tu ego.

Bueno, ya me conoces. Cuando me entra la cordura, la fémina se repliega, es cierto, pero está vez solo lo haré en honor a la reserva, reserva de ternura para ti, reserva de cariño hacia ti, reserva de sexo re-escrito para ti, reserva de fuerza para hacer crecer el amor, si es que es verdadero amor lo que nos una el día que te decidas a venir...

¡Venga Valiente!
Te espero. (Me duelen las articulaciones, pero ya no el corazón...)  
      



Comentarios