La mordida del salmón rebelde.



Al ir hacia vuestro mundo, hombres cambiados (desde mi óptica de mujer agotada de no entender...), me he encontrado con piernas cuya estrechez de pantalón, acaba convirtiéndose en no más que la clásica calza femenina; veo gluteos turgentes caminando separados del resto del cuerpo, pelucas que luchan desastrozamente contra la calvicie incipiente... posturas tan ajenas a lo masculino, a su esencia. No comprendo el afán de esculpir músculos, ni la competencia entre barbas que emulan al macho cabrío de las cavernas. Otrora, sinónimo de buen gusto, aquel hombre detallista que afeitaba su mentón ante la delicadeza de piel de su fémina..... hoy, te cagas, te la bancas, créeme si te digo que habrán al menos 10 esperando; a rey muerto, rey puesto dicen ellos....... Y sí, puede ser. En este tiempo lo creo todo. O ya nada me sorprende, lo que es igual. Hombres urgidos por ser físicamente, tallados, perfectos en.la dimensión que estereotiparon de sí mismos y que a mi me da una verguenza ajena feroz.
Desconfianza es lo que me produce un hombre que se embetuna más que yo, y no en cuanto a la necesidad de mimos y cuidados, sino en la fatigosa faena de la falsa apariencia; nada impide que el cuerpo se nos caiga a pedazos con los años. NADA. Claro que el deporte ayuda, pero: D E P O R T E... No obsesión crónica sobre cómo debe cuidarse el.organismo....
He conocido hombres que, tratan pésimo a sus chicas, diciéndoles a vista y paciencia del mundo que parecen ballenas, que nadie las querrá con esa espantosa facha!!! Y que agradezcan que ellos, todavía están cerca para soportarlas así de descuidadas... Y claro, me detengo a echarles un breve vistazo y me digo: Pero, ¡DIOS MIO! ¿Acaso este fenómeno y remedo de hombre, no se habrá mirado ante un espejo?  Pienso que no. Pienso que es tan terrórifica la paja en ojo ajeno, que seguramente no.
Estoy viendo a menudo que la forma de invalidar la voz de una nueva mujer, es aportillarla, es menospreciarla con una sutileza de joyero, como lo viví (y aún ocurre, a veces) en carne propia, todo ese conjunto de veces en que un «amigo» (de buena voluntad!!!!! Claro estuvo... ja), solía decirme de un cuanto hay: Mírate ese pelo horrible; mírate esa prenda, mírate esa cara, mírate aquella actitud... Y yo, ferrea creyendo que él me lo decía porque «me apreciaba». Pero no. El tema,de fondo siempre fue y ha sido su diminuto miembro. Y bueno, eso no puede maquillarse. Entonces, hasta creo que entiendo su frustración pues venga que yo me echo unas cuantas capas y quedo como Diosa...... Pero, ¿Cómo te agrandas un pene del tamaño de un mani? Obvio que eso no tiene post producción porque el lente que lo capta vive en mi retina y eso, él lo sabe.
Muchos hombres han reversionado la negra y despiadada actitud de este tipo tan funesto al que un día, en el atrás tuve sincero afecto, incluso con su desgracia de fábrica.... Y lo han hecho con depurada técnica, planteando dinámicas en las que incluso he llegado a creer que algo en mente, falla. La cortina de humo es apenas distinguible y se extiende de manera sigilosa de modo tal que aparezca como saga negra, irónica y hasta de intelectualidad evolucionada (no te gustó la revolución femenina, te lo bancas...). He visto a hombres francamente, espeluznantes que incluso hasta pueden decirte abiertamente que cualquier pantallazo de luminosidad que emane de ellos (actitudes en apariencia benevolentes) tiene fines bien específicos y que no acontecerían bajo otras circunstancias o lo que es igual: Guachita, esto es sin enamorarse!!!!
¡Ja!
Pero antes de avanzar sobre un discurso que aparece como lapidario, anotaré que para bien o para mal, me siguen atrayendo. También he encontrado fulanos que sortean olas con la misma pasión con que acariciarían a una buena amante; hombres que derraman lágrimas, hombres que descubrieron extemporáneamente que ya no los amaban, hombres que a pesar de todo, no embisten, no ametrallan, no patean ni hilvanan subterráneamente... Estos son los hombres en los que mantengo interés, en comprender cómo fue que se solidificaron, cómo nacieron otra vez a la vida, hacia la femeneidad, cómo es que van a tientas a pesar del miedo que tantas veces no se puede maquillar y termina rebelándose a los poros... He aprendido de las platicas con estos honbres que toparse con Alvaros Cardone debería ser una medalla recordatoria, símbolo potente de lo que un hombre jamás debiese mutar. Hombres me han enseñado lo que es integridad y al mismo tiempo, identificar todo lo que no es ella.
Me atrevo a pensar que cada patada ponzoñosa, cada insulto propinado, cada desdén, cada síntesis de quimeras, van sustentándose en heridas provocadas por MUJERES!!!! A la larga, intentan desbancarnos, copiarnos, burlarse por décadas de nuestros rituales para acabar, replicándolos como si se tratara de una compensación.cósmica o algo así...... Para finalmente descubrir que la frustración que comanda al resentimiento, proviene de la gestión de un género femenino, irresponsable.
Pues sí. No me haré víctima ni cómplice: ¡La hemos cagado tantas veces! Y sí. Qué digo...
Más, a nuestro favor debo añadir que el dominio del arte de maquillarnos proviene de una joda mucho más antigua, acaso... desde que son ustedes hombres y que, en @pariencia, aparecimos solo porque a un x se le ocurrió arrancarles una puta costilla!!!!! Créanme, entonces que, en rigor, debimos volvernos expertas en cubrir capas y capas de frustración. Y debe ser por eso que a ustedes les sale tan mal reputarse una faena que era un clásico nuestro. Ha de ser por ello que les guste o no, pueden hacer de todo en el rango de la imitación, pero dar la talla, ser mujer, bueno estimados, eso me parece un poco mucho... Debe ser por eso que a la larga, el hombre que sí sabe serlo acaba siempre regresando a su centro, a su entidad de ser justo y apañador. Lástima que no pueda decirse lo mismo del restante amplio espectro que sigue humillando, que pretende en público y no es más que un manojo de cobardía que sigue extrapolando de diversas penosas maneras.

Comentarios