Meteórico Mr. Halm.

Con el correr del tiempo, mi sed de ti ha ido disminuyendo, no así la curiosidad que despierta el texto, el poema grueso y la lucidez arrogante... Mientras más avancé sobre los textos, más entendía, más me apartaba de lo físico, más cercana a aquella lágrima que derrumbó costras eternas alrededor de mi corazón. En cierta forma, detesto tu discurso ególatra, pedante y terroríficamente ondulatorio... pero, ¿qué carajo hace que sea tan hipnótico?

Después de un tiempo, lo vi: Una síntesis de lo que lees te vuelve catalizador. Así que eso pasa contigo, eres una síntesis de todas las prosas que amo, las frases intensas que calzan, la emoción empedernida, la insolencia en el arrojo, tus apuros, la cosa producidamende de apariencia destartalada y que está tan alejada de las verdades que nos son prácticas. Es tan distinto Javier el mundo que se construye con desamparo, tan profunda la mirada del huérfano, tan fuera del mundo corriente, que ni siquiera podrías imaginar... como el loco que avanza sobre su umbral en la cornisa, como ese paso livianito porque va sin demasiadas cargas, quizás apenas existiendo y percatándose de sensaciones más que de analizarlas.

Amo tu prosa Sr. Halm simplemente porque es auténtica, porque es limpia y sinuosa, porque me molesta, me saca ronchas, te orilla y luego te suelta; como el buen lenguaje genuino que se construye describiendo más que acumulando palabras.

En buena hora, meteórico!!!!

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