NINA.

Nina Sandoval es quizás el personaje más emblemático de mi primera novela (EMDLCA), pienso que por su grado de evolución, y las aristas insospechadas hacia el final de la historia. De hecho, todavía recuerdo los reclamos de una fiel lectora de los avances en el Blog, al enviarle de regalo la novela terminada (en anillado), pued no le gustó nada el deecidido para mi anti—heroína

Por lo mismo, y ante una queja recurrente de una cincuentena de lectores, se me ocurrió escribir una precuela pero no asociada a los personajes centrales (Fisher/Heller/Emilia/Álvaro), sino a Nina antes de Mariano Latorre.  Y eso me ha llevado un buen tiempo, porque tomando en cuenta su esencia, se volvió algo realmente complejo de definir... De repente entendí que la Nina podía tener orígenes diametralmente opuestos a los que la gente podría inferir y como tal, necesitar un período diferente para su estructura como el entrañable ser que acabó siendo dentro de la novela. Me acordé de todo esto porque me fui a beber un café a aquel local cercano del Puente Loreto....... y entonces un montón de sucesos fraccionados en postales se me metieron entre ceja y ceja. No es que creyese que iba a toparme de nuevo a aquella extravagante mujer cuyo físico inspiró a mi Nina, obvio que no. Pero la atmosfera implicita en el sitio,  resultó idéntica a la hallada hace tantos años atrás... En ese tiempo hacía un montón de cosas que ya no, es cierto y al darme cuenta de eso me da cierto grado de nostalgia. Irse a Dávila y toquetear telas era lo máximo; no hubo una sola pieza que no fuese construida a partir del tacto, o sea: la intuición sintetizada por la yema de los dedos... coser, cortar, hilar, montar y desmontar, descontrucción y construcción; averiguar la historia de lo vintage y recrear ese fenómeno de ralea que existía detrás de cada rescate de piezas únicas del año uno. Sigo creyendo que fue un tiempo maravilloso de impresionate lucidez y acertividad.

Combinado ese proceso con mis exclusivos desayunos en el Café Opera, míticos por la no despreciable cantidad de libros que devoré, los más de 500 relatos acumulados además de una treintena de maquetas para eventuales novelas, debo decir que claramente, Nina merece mucho más que solo consuelo de tontos. Por ejemplo, siento que necesita un cauce explicador, es decir, revelar sus afluentes, sus verdades, sus motivaciones preliminares antes de Cordelia y Emilia... la construcción de su identidad en el fondo. Ahora que lo pienso bien.

Hablando con mi psicologa (que a esta altura es ya mi partner), queda al descubierto que mi gran terapia es la dinamica de exorcisar por medio de la construcción de personajes que, en buena medida intentan en su diligencia escaparse un poco del estereotipo esándar; pensémoslo bien, a esta altura todo el mundo escribe (y vaya que he encontrado oásis en medio del desierto) y así el panorama es recurrente encontrarse más de lo mismo (pienso que no hay nada mágico en un teoría conspiratoria sobre identificar polos repetidos), con versiones remasterizadas sobre versiones clásicas de tópicos ya abordados: Desamor, madre, padre, muerte, desolación, guerras, encuentros y desencuentros, orfandad, misticismo, extraterrestres, valor, épicos, distopías varias, ciencia ficción de elite, sagas, añoranzas, los 80', los 90', el tentador guiño a los 60' y la guerra fría, simbolismo utópico, franjas, líneas obtusas sobre regímenes totalitarios, pobreza, racismo, migración, explotación, complot sobre complot, religiosidad, tiranía, supresión y omisión, la clásica pugna binaria entre bien y mal; la militarización de los gobiernos soterrados, los personajes no carismáticos, la geneación X, Z, L, y los despreciados millenials... la decadencia societaria, el individualismo extremo, las enfermedades, los alimentos transgénicos, la dieta milagrosa, la justificación emocional, el imperio de la autoayuda, el facilitarismo juvenil compensatorio, la pérdida de confianza electoral, la subversiión estudiantil, el empobrecimiento del conocimiento, la vanguardia, el arte, las drogas, la música, las panaceas mal y bien documentadas, la tecnología, los paraísos fiscales, la contradicción humana, el sexo volatil, las elecciones de género, el estatus civil, las decisiones morales cuestionables, el derecho de cuestión, la paz mundial, los protocolos, la verdad, la evolución... ¿Sobre qué escribir, entonces?

Creo que sobre el impacto de todo aquello, sobre nuestras emociones. Y Nina es un buen vehículo para lograrlo debido a que siempre se ocupó de los demás y nunca de sí misma, tanto que se conformó y se resignó a que la vida le pasara por encima, sin quejarse, sin rebelarse, sin volverse una mujer de malos pensamientos.

Me pareció que la voz de Nina es capaz de construir un relato en donde, tras ser de una forma puede evidenciar qué circunstancias fueron las que la convirtieron en aquella chica abstraida del mundo que la rodeaba, teniendo en consideración todo lo que fue antes; festiva, @locada, insolente en su acometer la vida, austera en queja y rezongo... ¿qué pudo entonces transformarla en alguien sin voz o edecan de otros que le pasaron por encima?

Pienso que la Nina tenía mucho de una gran amiga, en quien inconscientemente, vi atributos de esa naturaleza y también defectos más macizos difíciles de desmenuzar. Hoy es una mujer grande, con hijos y vida muy adecuada a lo que tuvo en mente desde pequeña, aunque si la miro de reojo, algo me dice que no es feliz y que al menos no podrá serlo si no revisa las bases de lo que visionó como felicidad (este tópico no lo incluí arriba pq me parece demasiado amorfo y manoseado). Y tiendo a creer que por ello es tan legítimo abordar pasajes ocultos de Nina Sandoval, pq presumo que hay muchas dando vueltas por ahí, desajustadas y desancladas de la versión que se compraron para calzar, para corroborar el plan maestro, la fórmula cronológica estatiuda como un continium que veníamos a desarrollar y vivenciar para la perpetuación del machismo histórico (feminismo me faltó incluir arriba).

En fin. Quiero pensar que la Sandoval pueda recorrer otras arenas, no la clásica involución que justifica el por qué alguien se deja vencer y que los psiquiatras se empeñan tanto en segregar detrás de puertas que en apariencia, dependen todas de nosotros mismos. Pienso que ella, de pronto, podrí ser lo suficientemente valiente y asumir que tiene defectos de fábrica imposibles de erradicar, o parecido, que no le interese cambiar solo porque si, solo porque está muy asumida de realidad y de verdad sin farsas.

Me gustaría impregnar mi relato de una dimensión grimm, pero obviamente, sin las continuas ediciones adaptativas fuera de la fontera alemana. Y lo digo porque de alguna manera que la Cenicienta levante la voz, que la bella durmiente no se pinche con la aguja, que Blancanieves desconfíe de la puta manzana envenenada... Fascinación personal de instrucción para nuevas generaciones en donde aun no educa para cuestionar, para replantearse en la vida, para revisar qué es lo que nos hace sentir mejor con nosotros mismos, ya desde el ser y no del poseer.

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