Sin culpa.

Hoy, he preparado el almuerzo para 11 personas. Corté meticulosamente: papas, chorizo, carne, cebolla y los aliños secretos que supone una buena tortilla española...

No lo pensé,
Tampoco frekee al atravesar la calle «Madrid» dentro de un barrio en que hoy, os aseguro jamás antes haber estado. Menos, hilar que llevas el nombre que fragua como dolor para alguien a quien mucho amo, nombre de pila de Pablo, personaje a quien no le he narrado ni parafraseado... figurado para ti, nick name de las andanzas.

He dejado de razonar muchas cosas, atomizado el corazón y enajenada en labores capaz de enfriar la cabeza de cualquier razón; ¿Qué se hace con la omisión ajena? ¿Cómo me deshago de la sensación de no poder sobrevivirle a ciertos episodios que siempre acaban, destiñiéndose?

Hago un esfuerzo enorme, no me rebelo ante el confinamiento, decido hacer caso omiso a la guerra silenciosa que otra mujer patetica arremete contra mi ser, contra mi huelga sin lengua, callada, hacia adentro, retándola a sus alaridos destemplados que se nublan al chocar con mi indiferencia y desprecio... Me repito a diario que no quiero ser como ella, que no puedo serlo, que no debo y caigo en la porra cínica, en el ajuste de silabario, en la mueca amago de sonrisa averiada y me digo qué más da si daña más la grosería, el reproche, la caña hueca que se desata en un gutural, destemplado y quejumbroso discurso ritual sobre el enojo, sobre narcisismo, sobre la parodia de lo que se fue y cagarse en todos los otros, solo porque apetece y porque la cabrona, puede...

Me repito que a mi, no me sobran los años, pero hay distancia para parecermea ella, pues aun con vesanía, aún con arrogancia, aún con sarcasmos e intolerancia a precio ganga, aquella me saca ventaja y me idiotiza al punto de detestarla.

Sigo muy apartada de la calzada.
Sigo muy apretada,
Aun no puedo sacarme las manos de los bolsillos,
Todavía no logro mirar a las personas a la cara
No puedo buscar natura en los humanos
Me cuesta cantar mientras navego
Aún necesito irme lejos entre mis pensamiento.

Es duro ser apátrida.
Es duro no poder irse de una sola vez sin tener que sentir culpa.

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