Vértigo...

Te he dicho que he soñado contigo, y me has lanzado una carcajada...
Soñé que miraba a través de una ventana enorme, que las luces pintaban ecos sobre Santiago, y que tú, extasiado sobre la cama, echado a tu sopor y excitación madura, silbabas una canción que yo apenas deletreaba... 

Consecuencias,
Consecuencias,
Consecuencias,
Consecuencias,
Vale que estas son las consecuencias...

Te invito con la mirada lasciva a estrellar
mi desnudez contra la vidriera, que los reveses de aquellas luminarias, dibujen los contorno de mi cuerpo echado sobre el tuyo, que apenas abrevien el inicio de un trayecto al toparse con un desvío...

Y tu complexión perfecta me engulle, me atrapa, festeja una sensación de letanía que es francamente, exquisita, pues estás a metros de distancia y sin embargo, tu pedazo me llena, me acaricia, me completa...
Puta, la consecuencia. Me dices. Para quien postuló que no iba de casquivana... 

Y ahí, descolgándonos del tiempo, deslizándonos en el sudor, tu sexo entra en mi con la rudeza del goce perfecto, con la lección del que es mejor sin publicidad y llano en sus actos. 
Tu respiración, tu olor, el roce de tu barba entre mis piernas, y tu lengua inquisidora venciendo la vara alta de la que te he hablado... 

Pero tu incomprensión sobre la marea me deja en éxtasis, pues tus pies sobre la tierra me orillan a pensar en todo lo que había abandonado; la no certeza, lo que te apetezca, la indiferencia hacia quien nos obligue hacer felices a los otros sin considerar el también darles un buen susto... 

Nos conectamos, puedo ver el reflejo de las luminarias en tu pupila, los albores del amanecer, y entonces comprendo que no me has echado de tu habitación, que hemos arribado hacia la madrugada, y que tu sexo penetra sin tregua, con más deseo, con más inexactitud...


Consecuencias,
Consecuencias,
Consecuencias,
Consecuencias,
Vale que estas son las consecuencias,

El vértigo es la perfección de la belleza...

Sé valiente!