Achurar.



Antes (y esta es una referencia de que lo hacía hace un buen rato) escribía un solo tipo de formato: Crónica. Y para llegar a la columna semanal me fijaba en el ciclo completo, buscando componencia. Y sí, admito que me esforzaba un kilo porque agregaba datos e iba ilustrando mis divagaciones, cosa de darle énfasis y tono... estructura. Pero todo eso me cansó; mucha gente se dedicaba a ello y en muchos casos, lo hacía con acertado estilo, o gracia u oficio. Entonces lo mío —según yo— a veces respiraba forzado. Lo dejé. Así tal y como lo describo, no funcionó más para mi.
Pero este 2018, sinteticé una forma diferente de conectar con los escritos: Surgió natural el relato, sin edición, sin dramas de exceso de retórica, más visceral, menos elaborado... Entonces enganchamos. Y desde ese momento escribo grueso.
De todas forma sigo usando paper matte para tarjar...
Tarjar debe ser de lo más valioso.
Descartar de una.
Tachar, y continuar.
Eso.
Listo.

Comentarios