Alta.



—¿Qué sucedería si hoy te fueses con alta?
—¿En serio? —Le suelto asombrada.
—¡Claro! Creo que estás lista...
—¿Lista? —Pregunto dudosa.
—Por supuesto. Lista para hacer tu gran viaje. El último. Pero también el primero.
—Pero Doc. usted sabe bien a dónde voy
—Y sí, por eso te suelto. —¡Házlo!
—No. Ya no voy doc. Ya no lo necesito.
—¡Claro! Por eso estás de alta. Ya no necesitas esto.
—Ahhh, esto es un truco. —Le asesto.
—No Angela, sin trucos. No se necesita muleta cuando se tiene conciencia.
Y entonces, me despedí con un abrazo, solté unas confusas lagrimas y me fui. Acto seguido caminé por Santiago frío de noche, con un aire tan singular helado golpeando las mejillas, con mi corte de pelo pixie que ha sacado tanto comentario de radicalidad, con mis pies desnudos de lana o poliester sintiendo todas las superficies. Y conmigo sientiéndome tan poco azotada, tan poco convicta, tan poco presa de nada ni de nadie.
Pensé en todos esos personajes en los que reflejé tantas cosas negativas, gente de la cual solo queda un vago recuerdo diluido como el agua de acuarela cuando lavas un pincel que tocó una paleta tan ajena a tu universo personal... y también pensé en mi, en todo lo que tuvo suceder para encontrarme, para soltar y desestivar tamaña carga, para dejar de sentirme vulnerable ante el egoísmo de los universos paralelos. Y entonces estoy conmigo, ocupando la vista y la vibra para hacerme cargo de mi, de lo que necesito y quitando los deseos cínicos del resto sobre seguir ultimando batallas imaginarias de daños persistentes. Algo que jamás hice, y algo que sabía hacer.
Mientras camino lento con los ojos abiertos, pienso en las cosas que obsequié y solo me río. Pienso también que es la primera mañana en que no espío entre las líneas de otros universos colapsados, y que en bkn no sentir la precariedad. Contenta porque es cierto, las plantas de mi pies están apoyándose sobre la superficie, sin muletas. Y la sensación es real.
No se trata de aseverar el sin miedo con la arrogancia del kamikaze, eso queda para los seres tan interesados en lanzarse por despeñaderos en gritos desesperados para captar atención. Creo que importa aprender a convivir con el.

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