El Amor para mi (complemento).

Cancelada la cena nocturna, cerrado el tinder de la fallida Elena y, sin opciones residuales, curioserar youtube me instaló ante una película de Nicolás López. Y qué bueno que todavía me ocurran estas cosas, episodios en que nada es a la fuerza y la sincronización universal nos da cancha, tiro y lado. ¡Bestia! ¡Impecable! —Aun. Nunca me dejo de preguntar... qué es primero: ladrillazo primero, iluminación luego??? Todavía no pongo algunas cuestiones en orden, claro está, pero que bkn es terminar de ver una película y sentir que la vida te dice: Hey, yuju, ey, si tú..... no te hagai la weona.... sí, a ti te hablo!!!! Porque que ganas de gritarle al mundo: PUDRANSE TODOS LOS TERRORISTAS EMOCIONALES!!!!! Y sí: ESTOY MAS LOCA QUE LA MIERDA!!!!

Ahhhhhhhh.
¡Maravilloso!
Ya está. Bkn. Lo dije. Y se siente espectacular.

Qué poder tan profundo produce ser fe, vivir en ella. Qué impresionante es la fuerza natural de la vida misma, con su propia corriente, su bioritmo invisible desanudándose cuando ha de ser y no por el capricho nuestro de anticiparnos cuando aún, nos falta para ser receptores. Merecer.

Creo que estar al borde del abismo es el único camino real para ver lo que solo puede entenderse con el corazón. Hay una hebra delicadísima que va reconectando cada punto hasta hallar la juntura exacta, sin prisa, sin angustia, solo así desata nudos y nos libera de la culpa de tanta carga impositiva acumulada en el ser uno que no nos resulta, uno que no somos y pretendemoa ser por tantas razones y ninguna. En líneas sencillas, con retórica silvestre, con lugares comunes que de seguro un intelectualoide asesinaría y criticaría hasta el hartazgo... El jugoso López me aplasta, me remece y me estrella para que salgan de mi tantas esquirlas incrustadas. Que salga todo para que no quede absolutamente nada. —Me asestó convencida. Al fin.

Y han salido.
Estoy sangrando.
No ha parado de llover.

Sé que, cuando el río mengue, sendas cicatrices enfilarán y serán captadas. Es verdad, pero ya lo sabía (Puede que sea el ladtillazo primero). Y para que venga la luz, para que la iluminación rodee, debo entender los códigos; no volverme traductora (perdería el swing en el intertanto que me encontrase convirtiéndolo en nueva palabra), sino ser capaz de interpretarlo todo en infinito conjunto de nunca acabar...... no puede entenderse la vida tratándola como una ecuación en donde siempre debamos despejar la incógnita para sentir alivio. No por aislar los elementos y analizarlos por separado,  comprendemos mejor la suma; por eso que mirar a la madre solo como hija, los años y la frustración te llevan a decir que era una desgraciada..... evaluar al infiel como la mujer herida y traicionada, no ayudan como si también lo vieses como ser humano...... ser cabrón, nos impide ver el esfuerzo de otro al tratar de comunicarse con sus precarias herramientas...... y podría eternizar la lista de tantos ejemplos. En fin. Intento decir que se hace necesario conectarlo todo, porque cualquiera otra dinámica siempre va a dejarnos al debe...

Por eso, completaré mi nota añadiendo que el amor para mi ha de ser la posibilidad de contarte un día, que nunca logré hacer feliz a mi madre, que lo intenté no una vez sino un montón, que mi vida se definió en gran medida por todas las atrocidades que ella nos legó, que casi estoy segura que el intentar no ser como ella ni reproducir su patrón me llevó inconscientemente a apartarme de la maternidad y hasta de la ternura. Y esa posibilidad debiese considerar poder decirte que ese impulso eterno y fallido, seguramente me transformó en una mujer que se desvanecía ante la desaprobación, ante el rechazo, ante un patrón que perpetuaba las condiciones fallidas porque se volvió un sitio familiar. Necesitaría decirte que al no lograr la aprobación, eché a perder mi envase para alejar toda opción de alterar esa cómoda fórmula pues en el fondo verdadero, era más fácil disolverse en el fango del acuario. De ese modo el amilanado corrobora su tésis y perpetua la condición que lo tranca y así nadie cuestionaría su cobardía. Solo versaba sobre la agria suerte que le tocó en la vida!!!!

Mi visión del amor debiese permitirme poder decirte todo esto. Decir que espero no que te hagas cargo de ese forado dentro de mi pero sí, de entender que he sido durante muchos años una cobarde desteñida, pero dispuesta a cambiar, a ser mejor por mi misma, porque todo esto debe tener un sentido que de seguro, sólo puede leerse sin vendas puestas sobre los ojos, sin excusas, siendo valiente para corresponder a las opciones que te da la vida. Necesito decirte que me hice a lo largo de mi vida, de infinitos terroristas emocionales, vampiros energéticos, gente que está impedida de ver cuánto daño pueden hacer solo porque no se dan cuenta, porque no les interesa comprender que lo hacen, hicieron o que podrían hacerlo de tantas maneras... Y creo que enmudecí pues al igual como ocurrió en la raíz, intentaba el reconocimiento, pretendía impedir el abandono, suponía que no merecía más.

Pero sabes qué. Después del ladrillazo bien dado, no pasa nada si de ello, no abrimos la mente para salir del lugar anquilosado al que nos aferramos tanto. Si les damos poder a un talibán, ellos siempre derribarán nuestra estructura.

Todo esto que parece sabiduría de galleta de la suerte china, está bien. ES PERFECTO!!! Pero para mi; porque no llega la luz tras el golpe si una misma no descoce lo mal remendado de las heridas, del daño de nuestros ancestros que si lo hicieron mal, solo fue porque tampoco supieron—pudieron, hacerlo de otro modo... Para cambiar de verdad, debo creer que el amor siempre ha estado en mi. Y que se potenciará cuando estés aquí, porque te merezco y me mereces. Porque nos merecemos y es nuestro destino por el cual nos preparamos pacientemente y que cuidaremos cuando nos toque acometerlo.

Me atrevo a decirte que el AMOR para mi es un contar contigo no solo cuando seas generoso sino, incluso, cuando el cansancio te anule y pierdas tu fe en mi, para cuando los tiempos se vuelvan duros y los besos esacseen o incluso, para cuando la rutina de lo cotidiano amenace con devorarnos y sucumbir.

Sintetizo que el amor para mi ha de ser hacer el ridículo infinitamente mientras hago una coreografía (al estilo el club de los 5), o cantando una canción con inglés champurreado, mientras tú te ríes conmigo a rabiar porque dentro de tu corazón estás convencido de que soy una loca de atar, genuina, impredecible, lúdica y valiente.

Eso.