Embestida.



Pocas veces un tortazo puede tomarse a la ligera. Menos si toda la escena es en sí misma fue medio parafernálica. No es que haya visto la luz, haya escuchado gozpel ni mucho menos, visto el famoso tunel. Simple, nunca perdí la conciencia y tampoco me partí la cabeza. Pero lo que si quedó claro fue el susto. Y si lo tuve, entonces era mentira no pensar en futuro o me haberme rendido del todo...
Aparte de que fue todo super rápido (en un instante estaba colocando un pie en la calzada y en el otro, un chancacazo entre cadera, tutito y rodilla, fue demasiado chistoso y lleno de poco glamour. Porque entre otras cosas, uno de mis zapatos voló por los aires a lo Bachelet en tiempos de alza, y por otro, se me rajó el pantalón en la parte menos digna que podría haberseme roto. Siempre quise hacer un cara pálida, más no me favorecieron las circunstancias. Pero entre suma y resta, todo bien. Solo sustos menores.
Lo que si ocurrió importante, es la consecuencia; todas aquellas cosas, detalles, y sutilezas que ante cualquier ojo, podrían significar cero. Más no para mi, avezada en entender cómo observar ciertos eventos y entender cómo la gente reacciona ante ello.
Así que en realidad, debo escribir acá una notable fe de errata: No se salvó nadie. Después de todo, los golpes sirven, y sirven para ver sin vendas, con todas las rutinas de dureza y  no dureza, con la plataforma llana de señales y con la guata apretada porque se entiende tan bien lo que viene. Y cuánto queda por erradicar antes de hacerse merecedor de lo que valga la pena.
Resumen de Bitácora:
Cuello ortopédico: 1
Fractura: 1
Esguince: 2
Escamación: 5
Erosión: 65%
Moretones: ...
Recorte: 3—
Futuro: Horizonte ampliado.

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