Obstinación (CUENTO/ABRIL)



DAMIAN desfila por pasajes que él mismo tiñé de oscuridad. Lo hace al precipitar objetos contundentes sobre las dos o tres luminarias que asisten el callejón, lo vuelve hacer vendándose los ojos y encaramándose entre paredones, y de seguro perseverará en ello toda vez que por puro placer, antoje ennegrecer la panorámica. Esté quien esté presente... reprócheselo o enróstreselo cualquiera...
Él no pediría disculpas ni aun en lecho de muerte, en faena sobre pendiente, o en cualquiera otra circunstancia reñida con la muerte. No sabe de qué va el lamento ni entiende el rehistro vocal de una locución que pudiere conectarlo con.tales emociones; Damián nació sin amígdala. Damian parece un ser sin alma. Damián no comprende la redición para pertenecer.
Cuando todo se queda completamente a oscuras, él se figura vivir debajo de una cascada, rugir mientras el agua de manantial lava su contradicción, reza callado emulando la fuerza interior, el llamado de consuno que purifica el ser, los caminos que sin hablar engranan como faros ante la corrupción de la luz.
Damián respira en la ceguera.
No le es tan fácil caminar despierto.
Se acostumbró a los barrancos.

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