Verme en ti.



No te enojes. O si lo haces, échale un vistazo a nuestro pacto, métete en la habitación luminosa con ventanas abiertas hacia el parque y véeme ahí, echada junto a ti. Entonces, permíteme estar enojada y soltar mi rabia, enrostrárselo e intentar causarle una pizca de sufrimiento... ¿Crees que soy tirana? ¿Te asusta esta vesanía en mi? He sido honesta, jamás te mentí y solo contigo tengo paz. A si que enójate porque escribo leseras que son nada pacíficas, pero al mismo tiempo, conténtate por mi pues ya no suelo arrastrar ningún.enojo hacia adelante.
De qué otra forma podría regresar a darte un beso? Cómo entregarme a ti con dobleces y rencores? Claro que no.
Entonces, enójate conmigo. Pero que sea breve. Solo hasta que veas con nitidez que este proceso es real, es auténtico y que todo lo que hay a mi espalda es parte de mi y fue necesario para encontrarte discutiendo por una fila en el cine.
Todo lo demás, día con día más se decanta, se difumina como en un pastel trabajado con paciencia y con ilusión, la que viste en mi, la que pusiste en nosotros. Porque he sido honesta, me recibiste en harapos, sabías de mi extensa caminata previa. Así que no caigas en juzgarme, porque eso crearía una brecha entre tú y yo.
Pero es vital que saque estos demonios, es necesario que patee algunos craneos, es preciso que de algunas estocadas. No es ánimo de venganza como dices, es más bien equilibrio, es resarcir, es ajuste de cuentas, es enfocarse en que nunca más haya vida parasitaria alrededor.
Confía en mi. Me tomó muchos años hacerlo yo misma.
Te veo pronto.
Extraño tu voz...
Quiero mirarme en tus ojos.

Comentarios