Limpieza.

Después de darle un montón de vueltas, llegué a la conclusión de que en mucha medida, el sexo promueve estropear las relaciones entre mujeres y hombres. Según como lo veo y tras mi última jormada de «sexo» hace unas pocas horas, lo único que se logra, sobre todo si vas por carencia, despecho, frustración o cualquier emoción negativa, el saldo después de un escaso goce es lamentarse, quedarse vacío y atolondrado, atascado en una sensación tan desgraciada y poco fácil de explicar con palabras, por más que me esfuerce. Entonces lo supe: se acabó el sexo para mi, se acabó de esta manera tan robotizada porque al menos a mi, no me sirve. Y así fue como un suceso desgraciado me llevó a tomar la responsable y sensata decisión de coger un voto de castidad.

Ya había avanzado bastante, eliminando las redes sociales. Y lo logré, tras mi cuarta semana sin la más jodida, lo logré: superé mi adicción a relacionarme con hombres solo a través de esos mecanismos. Puede que la parte más dura haya sido comprender que al único sujeto que había rescatado, nunca le haya importado vrrdaderamente después de mostrar que en el fondo, lo que buscaba era sexo circunstancial, sin importar con quien.

Y me gusta entender, me agrada saber que voy abriéndome a comprensiones más profundas e integrales, que logro arreglar mi pulso, adecúo mi ritmo de modo tal que cada pieza ocupa su espacio, el que realmente le corresponde. Lo de Axel fue uno de esos sueños bonitos, de esos intentos honestos por querer hacer todo diferente. Y es así como no debe entrar ni una pizca de resentimiento porque desde mi parte hice todo lo que podía. No puedo hablar por nadie que no sea yo y como tal, dar por cerrado el capítulo soltando lo que a mi respecta, energía cerrada, contaminada y que no fluyó a pesar de la buena cuota de intenciones positivas.

Hoy le decía a Felipe (el único ser humano que quizás me haya amado de verdad en esta vida), que iba hacer lo que nunca nadie había hecho por mi: quererlo bien. Y quererlo bien, antes que todo, comprendía decirle varias cosas duras aunque liberadoras. Decirle primero que amar, amar de verdad, no es ponerse de tapete para que nos pisoteen y por lo mismo, no debía aceptar que yo le llamase una vez cada tres meses solo para tirar y tirar pésimo. Así es, porque tuve que decirle que aparte de todas las pifias, tiraba mal, que el sexo lo hacía horrible, que para entender cuan mal lo hacía, primero debía comprender qué partes del cuerpo humano son utiles y cuáles otras no..... y así, un montón de otras cosas que bajo otro escenario hubiesen hecho mierda a cualquier persona, pero dicho en el contexto que lo hice hoy, fue muy muy diferente.

Después de recapitular y abordar pasajes complejos, pude decirle que con él había logrado entender qué significaba cuando los hombres me pusieron etiqueta: «con esa mina, solo tiro... no es para nada serio...» y él estuvo de acuerdo conmigo en que esa dimensión es una infame realidad. Y de pronto, ambos lo entendíamos demasiado bien: él no podía regresar a mi y yo, no podía volver a abrir las piernas simplemente porque no da para más. No lo siento, no me hace falta, no está en mi adn.

Creo que en este momento necesito de una infinita ternura, abrazarme apretado a mi, arreglar mi ser, revivir mi exteriror en el sentido que sea coherente a lo que lleva dentro, que armonice con sus años cronológicos, que se desenrede de todo lo que sea innecesario, que se abrillante por sí mismo y para mi... Y este es el comiezo de todo eso.

Parti con algo básico que fue detenerme antes de una penetración que en el fondo no deseaba, porque en ese momento me di cuenta que si me había enganchado de alguien más (y que no se puede no más) y porque aparte, ya no quería conformarme con la misma miseria de toda la vida.

A veces, nos acostumbramos tanto a descender que no nos percatamos que es por inercia.

Pero por alguna razón, algo te lleva a parar, a detenerte y anhelar más, anhelar por ejemplo emerger, subir, escalar y quien sabe, alguna vez, regresar a la superficie siendo otra persona. Una más íntegra. Una más honesta consigo misma.

Comentarios