Sendero de fastidio.



No había sopesado el poder del mal hasta respirarlo de tan cerca. Nos quejamos seguido de casi todas las incomodidades y reveses que nos asaltan pq somos así, necesitamos canalizar el encono y la rabia por algún lado. Y hasta ahí, todo dentro de lo previsible. Pero, ¿Qué ocurre si la mala vibra no acaba sino que empeora? ¿No habrá algo de cierto en el poder del mal? He sido testigo ocular del deterioro de mi lugar de trabajo, a más de los arquetipos que uno se encuentra, la dinámica pugilistica entronca justamente con el hecho que mandamases, no tienen fondo ni superficie... Mal endémico, en todo caso. Así, la próxima parada hacia la divergencia extrema está casi a la vuelta de la esquina, el arco de popularidad versa sobre ufs, sobre metas torcidas y referidos favoritismos tan evidentes que ni siquiera da risa sino, vergüenza. Pero hoy me asesté que todo esto no era casual. Porque ¿cómo voy a pretender cambiar el mundo sin herramientas? Fue entonces un mili segundo de plena iluminación en el que comprendí que la gran mayoría de las veces, las palabras conforman una plataforma utópica más no ejecutiva y por más buena intención que exista en ellas, no quitará el hecho que las potestades malignas universales pueden ser mucho más poderosa si no te construyes sólido desde las bases. Y lo vi. Necesito edificarme, necesito hacer de mi alguien sustentable y una persona de real bien: un instrumento. Puede que incluso, no haya entendido sino hasta ahora que la peculiaridad de mi soledad y aislamiento siempre hayan tenido un propósito: Combatir al mal.
Por situaciones y circunstancias cada vez más claras, las evidencias aparecen una detrás de otras, hay una corriente que intenta arrastrarnos, que persigue furiosa y arremete con toda batería de odiocidades, convirtiendo lo meramente malo en tortura. ¿Para qué? Para que te derrumbes. Para que tras un hermoso paso/logro, creas que solo fue bluf y así, decaigas. Para que te convenzas de que el bien no existe, y que el reinado de la maldad va al alza.
Pero esto, no es así.
Puede que la natura del hombre sea tender a la corrupción; yo misma he sucumbido al tironeo de la envidia, de la cólera, tratando por lo demás justificar mis acciones y pensamientos en un desequilibrio y que por lo tanto, el coraje representa una postura frente a la injusticia de ser invisibilizado. Y claro. Quizá en el papel discursivo suene bien, más yo sé que me encuentro dentro de un mismo saco..... Pasa que somos manipulados por esta visión de negatividad, para ir hacia el mismo despeñadero, consumidos por la desazón de las cuestiones que supuestamente se desarrollan en nuestra contra.
Hoy he visto cómo de un momento a otro, esa intervención oscura ha contaminado un importante espacio de trabajo y colaboración. Ya no solo se trata de cómo cooperas para integrarte o integrar de la mejor manera posible; cuesta más porque los recién llegados no poseen conciencia de grupo. Y tampoco les interesa hacerse de ésta.
Esto no puede provenir del lado luminoso. Todo eso de que te colocan pruebas que solo puedes soportar, por cierto, no tiene génesis cristiana pues Dios no pretende ares el suelo para demostrar tu fe. Claro que no.
Me queda pensar que las fuerzas contrapuestas son reales y el blindaje hoy en día no pasa por tres padre nuestro y un ave maría. Me estoy imaginando derechamente que es entrenar al cuerpo, a la mente, fortalecerse de tal modo que al más mínimo azote seamos capaces de contrarrestarlo y no me refiero a la resistencia de una risa cínica, o un comentario al boleo para capear la ola que nos cae encima de tanta pachotada, sino a las acciones nobles verídicas!!!!
Cosa que por lo demás, no tengo la más mínima idea de cómo se logra.
En lo que sí me he adiestrado es en punto y codo; lo cual sería imposible sin audífonos, sin la ventana con árboles meneándose como si estuviesen contándose historias entre ellos, sin alguna que otra risotada agónica de alguien que ha sabido sacarle chispa al bulling entre adultos, en mis oraciones hacia el universo pidiendo calma, coherencia, objetividad y templanza. Porque de otra forma pasaría a la historia como la mina desquiciada que un día x planeó una gran matanza. Una desastrosa limpieza sobre la faz de la tierra.
En cuyo caso no sobrevivir para explicar y fundamentar por qué debía hacer algo como aquello, por qué a veces se acaban los caminos, por qué a veces el mal es el único que gana.

Comentarios