De entre algunas fibras, entender la trama es la conexión......

Había dejado de pensar en la lógica del Derecho y, al mismo tiempo, solo hoy veo algunas cosas tan ridículamente, encuadradas que no hay manera de alterarlas. Siempre lo fueron.

Alejandro me dijo una vez: «Tú eres super estructurada...». Me puse furiosa. ¡Qué se cree este tipo! —Pensé sin verbalizar nada. No al menos de manera violenta o directa. Pero el tema de fondo, es que era cierto. Sigue siéndolo..........

El Derecho cambió mi vida en muchos aspectos e incluso hoy, después de importantes años, continúa haciéndolo de una manera particular. No suelo hablar de Derecho, no me meto en contingencias políticas a menos que atañen a reformas y similares. Intento ver sobre el horizonte al evaluar fenómenos sociales y por último, la forma en cómo contemplo la comunidad, me impide ser imparcial a la hora de establecer un lenguaje adecuado y la manera de usarlo, si tengo que referirme a algo especíco. Y sin embargo —y he aquí la parte ridiculamente absurda— estoy tan empapada de él, que no puedo evitar sentirme impactada. No tiene que ver con que persiga luchas, o tenga opinión sobre hechos criminales sino, la manera en cómo observo la vida, las cuestiones del diario vivir que manejo con la meticulosidad de un relojero siuzo y que escasa personas sienten interés por comprender y peor, cultivar en sus propias vidas. Somos tan sospechosamente irregulares, tan inestables, tan vergonzosamente flojos, precarios y maleables, que procrastinar debería ser un concepto que todos manejasen al dedillo... Pero no. A mucha gente no le alcanza ni siquiera para entender de qué adolesce o mejor dicho, qué lo corona.

De pronto, me ha entrado esta cosa mezcla de fascismo redirigiendo cierta urgencia....... necesidad ulterior que siento debo canalizar a través de cambios radicales. No hay espacio para debilidad, ni para restregarse la voluntad en fracasos pasados. Esa es la verdad. Y aun, incluso en las esquinas apretadas —en donde se suele evaluar reducidos por nuestro tinte polarizado— aun en esa parte existe una línea invisible de sana objetividad. Surge y se levanta entremedio de lamentos endurecidos en corteza de malos hábitos. Siempre recreamos la valentía; pocas veces adiestramos la disciplina. Aunque no nos guste es la verdad.

De pronto, me vi sentada en el borde de un escenario en donde la panorámica es por decirlo de alguna forma, grisácea. E inmersa en esa visual, aluciné con circunstancias tan propias de otros días, tan esencialmente mías, que las reconocería a kilómetros de distancia: como canta Bosé... claro que somos los mismos envueltos en novedad.

La urgencia es idéntica a la de tantos años hacia atrás, la que siempre estuvo ahí, enredada con tantas otras distorsiones, enojos, y reveses. Qué impresionante que solo pueda comprendetlo ahora. La importancia ha residido siempre sobre los mismos parámetros, es solo que la rebeldía en mi caso, mermó las energías poderosas que tuve y que hoy solo son memoria selectiva. Recuerdo.

Mi urgencia siempre fue exactamente lo mismo...
¿Qué debía hacer?
Y resuelta esta misión ¿Cómo lo ejecuto?
¿Quién me puso entre ceja y ceja que tenía misión?
¿De dónde proviene la eterna inquietud de sentir que hay algo no hecho, faltante y que debe necesariamente, ser realizado para un bien supra?

Eureka. Entonces lo supe.
Se llama: ¡Propósito!
Tan simple pero tan jodidamente difícil de comprender a la larga.

Solo la singularidad del Derecho me ha dado un abrigo peculiar. Éste lenguaje permite entender la porción más agreste de la vida, pues nos muestra cuan frágiles somos y el por qué —por más autonomía de voluntad que pretendamos tener— el ser humano se inclina hacia el desequilibrio (desborde), corrompiendo no solo la esencia y contenido de este principio esencial sino que además, colocando en relieve que sí o sí, no somos tan evolucionados como creemos ser —en lo emocional— (ser genuinamente, bien intencionados, y no condicionadamente limitados, abstenidos, culposos...). Es así que el derecho y su cordura, me han llevado a explorar infinitas aristas dentro del razonamiento; querer comprender y en efecto, lograr un entendimiento concreto es fascinante (imagínate ensamblando piezas de un enorme puzzle cuyo cielo celeste parece extenderse hacia lo regular y parejo en cada centímetro de su plano fotográfico).

Para los despelotados all day/all night, claro, podrá ser sinónimo de aguda paranoia, sobre control, proteccionismo y un largo etc. Pero para mi es una dinámica de sujeción que nos permite visualizar de mejor manera el eje de la construcción societaria y la forma como ésta fue estatuyéndose a través del transcurso del tiempo, con independencia de comprender el desarrollo o estancamiento de la humanidad.

(Fin, 1ra. Parte).

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