¿Estarás cerca para luchar un día más?

Noel resuena en mis oídos; qué bueno es para volvernos poderosos, incendiarios. Qué buen hombre sabe hilar su densidad cuando arde así de furiosa adentro.

¿Qué tanto puede transformarse la rabia?
¿Puede acaso, transformarnos en alguien diferente?
Y siendo así, ¿Qué tanto podemos derrotar a nuestros demonios?

Y sin embargo me pregunto:
¿Realmente deseo ser otra persona?
¿Cuando grito debajo de la cascada, me convierto en alguien más?

Necesito ser yo misma...
Y no puedo ser alguien más...
Y este ser que ruge dentro de mí se cansó de tener miedo, de estar siempre ensimismada en lo que fue, en lo que ya no tuve, en la acidez del mundo mientras oprime mi corazón para ver hasta dónde será consumido, derrotado por todas las frustraciones acumuladas.

¿Cómo convierto esta vesanía en amor?
¿Cómo nos rendimos al solo ser sin importarnos la suerte perra persiguiéndonos?

Miro alrededor y todo parece surreal, bizarro, con puntas irregulares clavándose por los costados.

¿Necesito ser alguien diferente?
¿O necesito entender quién soy y qué necesito ser?
¿Necesito aceptar lo que soy?
¿Necesito aceptar la sentencia de us desconocido?
¿Necesito conformarme con ser parte de una masa y nada más?
Sin misterios
Sin retórica
Sin lástima de mi misma???

¿O puedo agudizar los destemplados ruidos que salen de mi garganta mientras huyo a mi parte favorita del océano imaginario?

Cómo editamos el suspenso sin querer ponerle el cascabel al gato.
Hay tantas sensaciones que van cruzándose minuto tras minuto; nunca como ahora las emociones se desbordaron así, sin tono ni son. Todo parece desarticulado, deformado por los caprichos del tiempo y del espacio. Nada se salva, o quizá si y yo solo soy una peculiar pesimista, esa desagradecida, con su hemisferio extraviado, la que apenas sobrelleva la vida agotada de jugárse siempre la sinapsis de reserva.

What a life!!!!
¿?
¡Siempre estoy fuera de mi mente!
Y siempre persigo un último instante que supere todos los hastíos.
Pero nunca llega; siempre me persigue un puto arcoiris...

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