Siervo de laguna drenada...

Y si todos nuestros pensamientos estuviesen dentro de nuestra mente sólo para causar un gran ruido, uno tan ensordecedor que inhibiera lo real, lo auténtico, capaz de distraernos de tal manera que no nos fuese posible entender el poder de la naturaleza, de que somos una sola red y que la falla masiva vivenciándose, es tan solo un síntoma, una pequeña advertencia de lo que puede llegar a suceder... 

Los propios, meten una bulla descomunal y a ratos, no me perrmiten razonar; pese a trabajar inmersa en nuevas tecnologías y para traducirlas con el objeto definido de que la gente común y corriente las digiera con facilidad, continúo manteniendo mis aprehensiones y sobre todo, responsabilizo de un extenso mal usos de ellas, a fin que cada vez más, el hoyo ruidoso se agrande. Y claro, dentro de mi paranoia, tiendo a creer que un alguien lo suficientemente enfermo hace y desahace, abusando de esta tecnología que hoy en día pareciera servirnos tanto, pero ante lo cual sigo cuestionándome; ¿Qué pasaría si no pudieras publicar tu Blog? Me asestan seguido... ¿qué tal si tu ordenador se malogra? ¿Qué harías si perdieras toodos tus archivos digitales que respaldan casi 20 años de redacción? Y sí, yo también me planteo antes estos escenarios, de hecho, más de alguna vez he perdido accesos a Blogs, cuentas de mail e incluso, el robo de manuscritos muy avanzados y mi respuesta casi siempre fue la misma: Podrán destruir todos mis anales y registros, pero jamás podrán hackearme el cerebro... Creo que lo que verdaderamente me salva es esta línea, saber qué ocurre con uno mismo al atravezarla, al entender que hagas lo que hagas nada impedirá la destrucción de lo material y que por lo tanto, creerse dueño de los atomos, es imposible, acaso de una sola partícula. Por lo tanto, suelo creer que pueda aplicar quizá el mismo criterio a esta locura mental que a veces me aplasta: qué saco con darles espacio o cabida, no me pertenecen, pueden rondarme incluso noquear, pero no son míos y debo desatarlos.

Es cierto que culpo de muchas cosas al lado B de la progresión, que en términos generales pienso que cambiamos tanto y tan impresionante, que a veces lloro solo de desesperación. Me siento en silencio intentando lidiar con cada una de las ideas que corren entre circuitos, las que con capricho singular siempre se comparan con recuerdos, con escenas, con emociones, con versiones rebuscadas que soy buena para imputar aun cuando nadie me lo haya pedido.......

No podía escribir en las condiciones que estaba, no puedo hacerlo tan seguido como antes porque no me sale ya como solía gustarme, porque me aliviaba y ya no. Siempre estoy enojada, siempre tengo rabia, siempre creo necesitar meterle un combo a alguien, siempre creo que voy a explotar en cualquier momento, no importa qué lugar elija para esconderme, siempre llega alguien para destruir el pequeño hilo de tranquilidad al que me aferro. TODOS QUIEREN HACER EL SUFICIENTE RUIDO PARA QUE EL CAOS SIGA CRECIENDO, no interesa cómo intentes salvaguardarte; eso ya no te salvará. Eso ya no tiene importancia.

Quizá por eso ya no me averguence admitir cómo es que este deseo dañoso crece; proferir una mala palabra en la calle,lanzar una mirada incendiaria, pegar un empujón como reacción en cadena, ningunear capacidades ajenas. La lista aumenta. Todo aquello se ha vuelto corolario y necesito admitir que es la única manera en que logro bajar la dimensión de esta rabia que me consume. Así no más. Sin anestesia.

Por eso, ya no me da pudor pensar 24/7 en cómo me fui rodeando de gente que estaba llena de atrocidades, de defectos, de vicios; siento como toda esa mierda que acumulé por años ahora simplemente se desbordara porque no hay manera de mantenerla dentro. Tan cerca y tan repugnante, tipos que hablan de conocimiento, de los saberes ocultos y blah, blah, blah, pero a poco andar comprendes que son misóginos, que su lengua es venenosa y que su nivel de rigor es francamente, degraciado....... solo desarrollan el hábito de hacerte creer que son «elevados», ¿Elevaión de qué? No puedo creer que a esta altura todavía exista gente que repite como loro el paradigma del Nirvana sin siquiera primero, lograr escribir bien una sola sencilla frase en lengua castellana. O que haya gente que se ufane, que se vanaglorie para sequito personal, en consecuencia que antes se golpean el pecho con la moral erecta!!!!!

Si eres moral y probo, la raja: Sé. Mantente firme. Si serás un malandro, no me vengas con el show de que te preocupa el puto resto, porque es una mentira que ya no estoy dispuesta a bancarme, de la boca o conducta de nadie. Se MALO pero con ganas, empuña un revólver, dispárale a unas cuantas hijas o hijos de puta, cierne la desgracia con ganas, que el populacho tenga de qué hablar durante meses. Pero has la mierda bien hecha, porque para malos de cuarta, mejor enuncio uno a uno a los pelotudos que obran para el circo de Piraña en su segunda rotación... Eso sí, debo quitar a Marcela, por quien sigo meneando la cabeza al no comprender qué cresta hace en medio de todo ese weonaje.

No es broma cuando alerto sobre estos pensamientos que provocan tanto quilombo. No es ninguna clase de broma puntuda. Es muy cierto, tan cierto como que me he visto levantando una escopeta, tan vehementes como que he usado la tecnología para hacerme de inforamción sobre cómo provocar un ataque masivo y echarme a unas cuantas personas...

Claro que no es broma.
El único problema es que tras la hazaña reivindicatoria, nada cambiaría, apurada una ley tipo cholito que iría en ayuda de la gente psiquiátrica y rota como leí por ahí, y que más bien sería una definición de insulto ppst mortem, como ya ha pasado otras veces, sino tan lejos, un eco que me suena a Zamud o algo...

Nadie se conforma.
Nadie se calma.
Están los que confunden a sus reducidos cerebros con artificios varios que oscilan entre la droga aspirable hacia la usable; leáse desde la marca favorita pasando por la tendencia y culminando con los tamaños y la redundancia, para que no se note pobreza.
Quizá, la única forma de acallar estos pensamientos sea la radicalización de los actos, reducir la varilla invisible y agita un sable doméstico, hacer lo que todos hacen precariamente: defenderme, pero hacerlo  bien hecho. Como mínimo.

Hacia microsegundos, siento que la verdadera manera de ganarle al ruido, solo puede darse, desapareciendo. De cualquier forma, nadie va a notarlo.

Comentarios