Extraordinario...

Y de repente entendí que siempre había sido cierto: en efecto, no hay nada especial en mi (nunca lo hubo). Y sin embargo, haría algo extraordinario.

Este es el comienzo de otro camino.
Es un camino donde los errores hablan de valentía, de aprender a mirar adentro y comprender que la ayuda no viene de afuera ni de otras personas.

En verdad no hay límites.
En verdad no los hay.

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