COLUMNA: Por fin es viernes. HOY: Lenguaje sin fronteras. D. D. OLMEDO. Viernes 19/10/2018

Debo haber escuchado montones de veces eso que «cuando Dios te quiere dar, a la casa lo va a dejar...». Pero, de pronto me puse a pensar en lo que de verdad implica esto, más allá de loa significados que por experiencia podemos ir asignando a una percepción más cristiana... suena In my life (again) en la increíble versión de Ed Sheeran y mientras su bella voz endulza estertores de mi cuerpo, las ideas van acomodándose ligeras, tan apartadas de la carga acostumbrada, porque la vida es buena y el cosmos, un gran escenario de posibilidades que no sueles imaginar... y mientras la letra de los beatles hace eco de otros tiempos y momentos, pienso en ti, si, en ti como algo nuevo, como alguien bueno, como una persona tan distinta y familiar.

Crecimos oyendo sobre la urgencia: pues venga, que has nacido y ya ponte de pie que la vida no aguarda; que este crío es lento ve dándote cuenta de qué va la vida; ya está has concluido la formación básica ve tras la enseñanza media y no bajes la guardia para ser un gran universitario... ¿pero cómo? ¿No tienes pareja? ¿Qué hay de malo contigo? Ahhh, ahora que la tienes: ¿No va siendo hora de formalizar? Y qué buena boda has tenido, cuándo te sale barriga??? ¿Cómo? ¿Sólo un hijo? ¿Solo dos? ¿Te quedaste con tres? Oye que trabajas como animal!!! ¿Acaso no pretende jubilar? ¿Y el colchon para la vejez? ¿Qué vas a llevarte cuando te forren de palos? Nada. —Pero fuera del mundo, eso me lo pregunto en silencio. Entonces, ¿Qué haces si la urgencia sale de escena?

¿Qué pasa si he abordado al universo y he vociferado que te has venido de rodillas todo este tiempo?

Tranquilo, ordenaré este cuento de monos que aparece de lectura.

Nunca como esta noche tuve la sensación de no necesitar nada más de lo que hay en la circunstancia... la música del soundcloud, el celular agarrado entre mis manos, la voz de John, o de Paul y esas canciones que dejé de oir porque alguien alguna vez quiso clavarme una palabra, para alterar sus usos en mi corazón. Pero lucy y sus diamantes en el cielo, me hacen alucinar yen este momento me nace darme todas las licencias...

Hemos estado orbitando una trama tan peculiar este último año y ni tú, ni yo, pudimos enterarnos sino hasta ayer. Me temo que no podía ser de otra forma. Tanta rutina lógica, planes hilados a bordo de una trayectoria propositiva, cleaver y hasta astuta: estamos cortados por un mismo cordón de supervivencia y sin embargo, nunca supimos el uni del otro, no al menos dentro de la planificación ordinaria y silvestre de la vida que se come taajadas aunque no estés preparado.

Conocerte ha sido una suerte de schock tan distinto a todos los golpes que me he dado en la cabeza. ¡Ja! Y mira que hasta unos días me di uno frondoso y potente. De hecho, ahora que lo pienso más detenida, hasta puedo entender por qué hubo tal embrollo, tanto así que hasta da para entrelazar ritos, fórmulas y algunos detalles cuyas piezas antes no encajaban. Hoy, no necesito forzar nada, no sufro porque a esta hora te encuentras a bordo de un avión rumbo a Madrid sino todo lo contrario... como si supiese tan bien que eso no es lo relevante, pues no me perteneces ni te pertenezco y sin embargo siento una claridad máxima sobre cuan presente me nace tenerte entre mis pensamientos.

Has sido como una brisa exquisita en un día de eterna bruma, como el sol que ilumina y no quema ni hace daño a la piel, la consecuencia de haber saltado sin más miedo que el necesario para combatir la expectariva recurrente y dañosa; entonces puedo entender por qué el descalabro fue antes, por qué los enredos apuntaban a desenredar algo muy hondo en lo que me encontraba hundida, sumida, renunciada... qué bueno seas otra persona, no un X, no una Z. Se siente tan jodidamente bien que seas un ser humano de carne y de huesos Edu...

Juro que hasta instantes previos de verte en persona, tal vez continuaba siendo de cartón y esa reminiscencia, o la familiaridad de verdad provenga de otra vida, de una historia antigua, anclada a un hiilo rojo, verde o invisible (pónle la tonalidad que te nazca), pero los cuerpos marcan presencia, y el matiz lo aportó un circuito de calles, ruidos y cortezas que forman parte de mi piel, de mi vida hasta ti.

Contigo, hombre de mentalidad global, privilegios de una educación victoriana, imprescindible trasfondo multicultural, consu estampa de1,82 y unos precisos setenta y algo de kilos corporales cuya sustancia se depura en la masa cerebral. Un realista, a veces excesivo, un sobrio intelectualmente motivado, excesivamente práctico y adicto a las comedias tontas. Y que más encima fue  criado por una feminista. Una persona perro / gato. El hombre más joven más viejo del mundo. Sujeto peculiar y abierto a nuevas formas de hacer las cosas (que notable muestra de humildad y disposición). Lógico pero sensible al gris intermedio (qué potente frase); un tipo que adscribe a la línea de pensadores independientes y egos flexibles y que en un celestial remate, ofrece producción de increíbles tortitas de banana (sin gluten).

Qué fastido no poder el pacífico
Qué «fome» que Copenhague no sea el nombre de una calle en la Comuna de Vitacura o Las Condes
Qué tremenda de irónica es la vida: justo cuando había dejado de creer en milagros, acontece uno con tu sola presencia.

Hoy más que cualquiera otra noche me siento acompañda dentro de una inmensa soledad.

Y si, puede que la repetición de tantas burradas a la larga se fueren perdonando solo por razones culturales o idiosincrásicas, y la creencia sobre la potestad de Dios en nuestra vida haya sido más bien un recurso barato que intentaba ocultar el vivir con tanto miedo (no solo a joderla), no coger la vida cuando era, desameritar, solo acomodar la tirantez en vez de erradicarla o simplemente lanzarse sobre el abismo... Tú, eres el mensajero. Y tu carne, interlocutor válido que dialoga sincronizadamente con mi alma torcida... créeme si sintetizo mis laberintos dramáticos en decirte que llevo mucho tiempo así, con el alma torcida que estos mensajes subliminales logran enderezarla un poco.

El mensaje que traías en tu bolsillo no venía encriptado; no requería manual de instrucciones pra interpretarlo, y cada como entremedio fue una pausa exquisita, estelas que se te cuelan entre la fibra y la hacen respiran, ventilarse, mutar.

Lamento profundamente cualquier dolor que hayas pasado, cualquier mínima tristeza, emoción negativa; no sabes del peso del hermitaño sino hasta que abandona su letargo para expresártelo y hablar contigo puso algunos juicios de valor en otra perspectiva. Por eso te doy las gracias, como por las muchas otras cosas que vinieron contigo desde tan lejos.

No tengo idea de qué significa este loop de emociones sin radicalidad, nunca me había pasado entender qué significa la cero angustia de saber que conociste a alguien increíble y aún así no tener miedo de jamás volver a verle. Y lo relevante: no me intersa la averiguación cognitiva, la cabeza ilustrada encima del asunto. Más me nace solo estar en estado presente, sin costras, y por capas.

Tus manos, tus labios  circundan algunos flashes, mi yo sin ninguna clase de inquietud está impregnada del abrazo que te di, al cogerte por la espalda; es un privilegio asistir a la respuesta natural del cuerpo. Tengo ese recuadro de nuestro rodaje. Tu acento tan particular, tu manera de decir las cosas tan fascinante y tan coherente con el texto que me sacudió. No tengo ideas sobre casi nada más que no sea solo estar. Pero no para vegetar y armar castillos en el aire apresada en un cuento mapuche sino porque cada palabra que salió de ti fue una precisa palabra, la pertinencia que llevo toda una vida buscando.

Quiero decirte que la sola situación de caminata me hizo muy feliz, los abrazos, los besos; engranar. Conectar. Y aunque los continentes están para alzarse como barreras, estoy apostando a ser la niña que tuve que sepultar solo para sobrevivir, pues ya no quiero gastar mi vida solo en sobrevivir, yo quiero la trama, las capas, y estar cerca agradeciendo por cada momento en que descubres que la sequía tal y como la conoces, acabó.

Sé siempre tú
Sé siempre el hombre decente que eres
Sé siempre el ser humano que piensa distinto
Sé siempre vibración
Sé siempre lo que esperas que sean contigo
Sé pulsación
Sé sincronización.

Estoy orbitando mi propio sol.

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