Doce días: terapia de shock.

Si tuviera que sacar una lección trascendente de todo esto, tendría que mirarme un buen rato frente al espejo y decirme muchas veces (hasta que se me grave), que son cosas distintas. La que está ahí, observándose, se encontró, se dio cuenta que no hay nada de malo en ella, que debe ocuparse más de su envase y afinar ciertos ítems en el espíritu, dejar de hablar raro, no creer todo lo que le dicen, abrir de para en par el corazón pues ya advirtió que funciona y funciona bastante bien, porque se retuerce de dolor y se siente jodidamente mal... pero la mujer que está ahí parada, mirándose, ya no teme más, al contrario, esa misma mujer entiende que habrá muchas otras veces que oirá la misma sentencia: NO.

pero ese no, es un NO para quien lo arroja, es un no dentro de su dimensión, a esa persona no le agradas, no le gustas, no le interesas, no le es suficiente, no en la gran lista de razones y no en la única sola línea que ni siquiera se explica.

El NO como golpe sordo y seco.

Entonces, la diferencia reside en que aquel no, no tiene que con lo que yo no posea, sino con lo que el otro no encuentra en mi, en la situación, en la máquina de calcular su vida, etc.

Hay tantas formas en mi que son realmente bellas, otras regulares, muchas comunes y corrientes y otras que se desmarcan. Algunas personas repararán en aquellas, en las que siguen, o en las populares pero muy pocas personas en las últimas.

Por eso, aunque la puntada en este momento sea severa, la mujer que se para frente al espejo ya no piensa que se trata de su cuerpo, de su pelo, de la forma grotesca en que se ríe si algo le causa gran gracia.... esa mujer contenplándose a sí misma por fin entendió cuál es el significado del NO ES. Y no siempre pasa por adolescer. Puede que muchas veces solo sea lo que el otro, no encuentra.

Y eso es todo lo que debe ser reflexionado al respecto.

Cuando alguien no te ve, es porque no le interesa y nadie está obligado a lo imposible.

Entender
Soltar
Perdonar
Avanzar.

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