Lo que no se hace de modo automático.

Desde hace un tiempo, perdí la cuenta de cuántas veces nos despedimos con Fipe y debe ser porque a pesar de todas las razones para no estar juntos, siempre una poderosa nos acaba uniendo, casi siempre. De seguro Felipe es el único hombre sobre la tierra que me conoce al cien, el único al que llamo y siempre coge el celular, el único que incluso viene a verme a pesar del berrinche de su actual mujer, quien más me comprende, el que menos juzga y probable, el que más me ha aceptado tal y como soy sin pedirme que cambie.

Me dice negra, no digas nada; aun sigo leyéndote a diario... aunque escribas sobre otros, aunque veas en cada criatiano tu alma gemela, a pesar de lo mucho que duele saber que me pasaste de largo tantas veces. Yo, te leo siempre. Y lo seguiré haciendo. Después voltear unas cuatro veces el estómago, me pregunta si quiero ir a urgencias. Le respondo que es gluten, que me he atragantado con un helado y que seguro tenía más gluten del que mi cuerpo es capaz de tolerar. Él me dice que es la bronca, que es la frustración que me cuesta tanto manejar y que mi cuerpo expulsa a fuerza de razones para poder tolerar el embate. Puede que sea verdad.

Me dice que llore, que me conoce todas las frecuencias, el llanto entrecortado, el oscilante, el de chorro, el consternado.... le freno en seco al decirle que esta vez no te.go de esa pena, pues mucho antes sabía qué ocurriría. Me pregunta: ¿Y qué le viste esta vez? Yo dije, a este momento, ya no lo sé. Lohe dejado de ver o entender. Antes no necesitaba cuestionármelo.

Y entonces vuelve sobre la misma pregunta de siempre: ¿Por qué yo no? Y le digo que mi respuesta no ha variado en nada desde la última vez que ya le respondí. Baja la cabeza, hace ese gesto recurrente que siempre despliega cuando se enoja pero le pesa más ser descortés así que se lo guarda. Me mira con su clásico semblante de bufón y pregunta si quiero hacerlo y yo respondo que esta vez es diferente, qur no se me pasará con sexo casual, o con distracciones cuyo repertorio me conozco de memoria. Me dice si acaso le regalo un beso, le digo que bueno, pero es un beso desacertado, inútil, anacrónico. Me digo, recontrachanfle!!!! Esto es más serio de lo que pensaba.

Le cuento algunos detalles sobre mi última evaluación y entonces le revelo la parte más dura del diagnóstico. Me queda mirando con la vista nublada y veo cómo una pequeña lágrima se desliza por su mejilla. Me reprende por no decírselo antes, por navegar con ese peso sola y yo le digo que a estas alturas no hay diferencia pues el matiz lo pretendía creyendo que este tiempo, podría al menos pintarlo con mis colores escogidos.

Le digo que siempre estaré agradecida por amarme de esa manera, incondicional, punzante y desgarradora suya manera de quererme, porque cuando creo volverne loca de dolor ante las cosas que no puedo cambiar ni mejorar, entonces siempre me acuerdo de sus palabrar, de su sonrisa, de cada pequeño gesto que ha tenido para reacatarme cuando me hundo en mis miserias.

Me mira fijo y se encoge de hombros, me di e que no se manda en el corazón ajeno, que para la otra, aguarde, vaya lento, vaya a paso de tortuga con hipo... me saca una sonrisa. Me dice que un buen día no tendré que esforzarme en nada, que no tendré que mendigar migajas, que todo lo que aprendí y por lo que atravesé, cobrará sentido cuando vea a aquella persona, que será sospechosamente familiar... entonces fue que le dije: apenas lo vi aparecer, lo primero que le pregunté tras saludarlo fue ¿Te conozco de antes...?

Y Felipe lanza un suspiro, uno largo y cansado. Entonces, pregúntale a tu Dios que siempre contesta!!!!

Y se lo pregunté, es solo que lo dicho, noes tan fácil de comprender de inmediato.

Comentarios