Tapia neuronal.

Adentrarse en la oscuridad de las personas es aún peor que aventurarse a caminar en la propia...... Existe un mal llamado sujeto al que en algún minuto, tuve respeto, le dije hasta que lo consideraba un buen escritor, pero... hay que rascar un poco, solo un poco para comprobar que apenas ha de soportar vivir consigo mismo.

Le conocí como a muchos otros tipos de tinder, pero fue el único que me llamó la atención en ese entonces, tenía esa cosa que ahora Catita me enseña tienen los zorrones!!!! Desde la apariencia hasta el colmillo. Pero yo con cueva sabía dónde estaba parada, presa de la paranoia y del malestar día y noche. Pero enganché.

Al comienzo, solo me pareció ego exacerbado, nada más y en mi afán de analizarlo todo, quedó cagada y media. Viéndolo en perspectiva, de no haber sido así, de seguro habría perseverado en intentar algo más, eso sí, imbuida en la ceguera. Como he venido diciéndolo desde hace un rato la carencia provoca estragos, de la nada empiezas a creer que todas las micros te sirven sin entender que tu recorrido, no lo realizan solo porque te apetece. En fin, en el apogeo del cuento, febrero, sol, relajo mental, etc, de las daba de VISIONARIA, sin entender que me estaba involucrando con un psicópata, de esos que te envenenan y que antes de saber si el antídoto va a mejorarte, te hace pasar una buena temporada en el infierno. De eso ya ha pasado mucha agua debajo del puente. Con todo, a veces, y por las mismas razones morbosas del promedio, voy y me adentro en su miseria, le leo, y no dejo de restregarme en su porquería.

Si he de sincerarme, no tengo puta idea de por qué deviene ese trance. No exagero si contesto que esa mugre, se pega, azota y uno queda ensimismado preguntándose qué hay en ese relato que siempre vuelves, como el asesino que siempre vuelve a la escena del crimen.  Y debo subrayar que lo más seguro sea justo la oscuridad disfrazada de certezas. ¿Dónde es que he visto esto también?

Lo patético del asunto en sí; el relato sacude y debe ser porpue no hay modo de no sentirse tentada a aforrarle un buen combo en el mismo lugar desde donde sale tanta mierda con ventilador, sobre todo porque no puedes quejarte de cuan bastardo es tu prójimo al irrogarse derechos, apologías y teorías sobre el deber ser, si no eres capaz de tolerar el hecho de que otros piensen diferente, sezgados o no.

Al final del día y su pinche relato, se convierte en el arrogante más insoportable al que comienzas a odiar, o al menos, detestar tanto como para arrepentirte de haberlo tratado en alguna parte de tu vida.

Pero, el que esté libre de evacuar estas ecuaciones, que lance la primera piedra. ¿Cierto?

Puede que lo único realmente sensato en ese cristiano es que la barbarie en la que vive, es racionalmente proporcional a la mierda de vida que tuvo que experimentar cuando apenas fue adolescente. Y quién no se marca profundo en esos años, quien no expande la percepción del dolor enquistado por lo que se que haya sucedido. Y en su caso, razones supongo hubo de sobra.

Sigo sin ver qué incide en un ser humano, para que a pesar de todo, se muestre ante el mundo impertérrito, como me lo explicó en algún momento otra persona, puede que las solas referencias de crianza, los ejemplos recibidos y que tendiste a replicar... El ADN de tus padres. Quién sabe. Puede que todas las anteriores... La Cata, por ejemplo, mi pequeña y dulce roomie suele decirme que a ella le cuesta un montón decir las cosas y la pasa pésimo. Montones de veces he visto cómo sus mejillas blancas hasta lo azul, se ruborzan de rabia, trabada recordando lo que no fue capaz de resolver en trifulcas que a mi me resuenan hasta tiernas comparado al negro padecimiento del hambre, por ejemplo. Pero no hago observaciones densas, no me lo ha preguntado y en mis ojos solo veo fragilidad al menos respecto de ella (y eso que tengo claro que algún día, me wnterrará su aguijón, pues está en su naturaleza).

Puede que este charlatán del que les he narrado tenga muuuucha razón en el peso del contenido, pero como suele ocurrir con los psicópatas, anula, destroza, incendia y ni siquiera se lo cuestiona, simplemente porque él lo dice y el salvajismo lo salva de reputarse mejor que el resto, solo porque es un desgraciado que hace creer que es buena persona... incluso, mientras lo desollo vivo, me pregunto qué mierda hago??? ¿Qué te vuelve reactivo tratándose de solo porquería inservible?

Entonces entiendo la médula.
Entinces comprendo que me he ido despertando de un largo sueño en donde semana por medio se me da la opción real de chocar contra las evidencias de que solo nosotros somos responsables de nuestras cargas; como esa cosa fantasiosa que siempre me asesto: Tener unos prismáticos mágicos, dirigirlo al sitio que se te ocurra y mirar cuando los otros creen que nadie les está viendo mientras pretenden hacer creer al resto ignorante de la verdad, y entonces contempla la verdad... ver por ejemplo que el cretino que alardea, no es más que un chico asustado y ensimismado en la rabia de no haber logrado impedir la muerte de su madre; o ver al tipo que escribía parejito y nun a cambiaba su foto de wsp alzando su copa vinera, correrse la paja con fotos robadas de por ahí, incapaz de desatarse de la mina que no se la jugó por él... o a aquel supuesto orfebre de pacotilla que se catalogaba a sí mismo de increíble buena persona, pero que majaderamente siempre necesitaba mostrar su diminuto miembro. O la verdad sobre Eduardo... eh, no. Esta no puedo verla en los prismas. Sólo yo me inventé una versión más ordinaria para poder abortar cualquier despliegue de energía. Porque nunca fui buena para trepar muros, nunca supe cómo agarrarme de los recovecos. No podría aventurarme a iniciar hoy.

Creo que me puse a escribir sobre esto porque hay días en que realmente me gustaría ser Michel Douglas en un día de furia, pero luego me doy cuenta que no todos se tomarán la molestia de buscar significados alternativos a la voz «tirano», y no necesariamente sentirse Hitler. Me deviene la culpa, la miseria propia, entremezclada con los ecos de líneas delimitadas pero dolorosas, de esas que intentan hacer fintas a lo que se esbozó en un comienzo y que legítimamente pudo conducir a derecho de interpretación.

En esta pasada, creo no haberme derrumbado porque no puedo arrepentirme de cada ilusión, por más peligrosas que sean. Ya está. Ya fueron. Y si esto significa ser una persona desiquilibrada para quien usa su razón estrecha, nada qué hacer. Introducirme en una pugna, confirmaría que la oscuridad puede cogerme cuando se le de la gana y yo solo sé una cosa: la comedia del abaurdo no me causa más gracia. Creo que mientras pasan las horas, lo que hago es recobrar la guata, y se siente como si me hubiesen pegado un combo en el plexo, como si hubiera quedado sin aire y de pronto, sin ayuda de nadie, me recobrara lento.

Pero seguro.

Puede que eso es lo que haya pasado antes de todo esto, puede que ya viniese con la carga anímica de comprender cuan absurda es la vida; muertos caminando arremtiendo contra otros muertos vivientes, todos contra todos, todos parloteando, todos hablando sobre sí, sobre lo mal que lo hemos pasado, balbuceando sobre lo que es correcto o declarando epístolas por oponerse, dar cátedras solo porque tu zen te hace decirle a los otros lo que es sano, justo o correcto; por cierto que incluyéndome en el más absurdo de los despelotes: poner pupila en gente rota, justo donde no hay moral de compasión ni linaje espiritual.

Ninguno se salva.
Y yo menos que nadie al tomar la decisión de tapear mi orgsnismo.

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