SEVEN+



Con esto de andarme preguntando para qué soy «buena», me entró cuestionamiento cíclico. Lo tragicómico y paranormal, al parecer los escarbar desde anexo médula, funcionan. Y lo hacen en modo «+bien». Adonde quiera y se vaya la vibración magnética (que se replica muchísimas veces como consecuencia de necesidad sincera en lo agudo), en apariencia alguien está escuchándote, no es broma. Prueba de esta afirmación la expongo en el suceso de dos hechos sospechosamente, peculiares.
El primero de ellos, aparición Janística; así de la nada aparece de nuevo el líder de la Romocracia (amigo entrañable de los veinte y tanto) subsumido por los Estados Junto...¡Aló, aló... Houston: responda! Y a la larga, ocurrió.
Lo segundo, Francisco «Canitrot» Aguilar y su impestivo afán por devolverme un añejo préstamo de  quince lucas. ¡Surreal en modo right now!
Ambas situaciones ayudaron contrarestando los efectos nocivos de un problema circunstancial mayúsculo y lo percibí como una respuesta cósmica ante una súplica desesperada. No siempre corro con suerte de lucidez.
Entonces, cuando la evidencia se vuelve así de gráfica, ¿No se supone que estás obligado a ordenar la cabeza? ¿Cierto?
La gente lógica a la que he debido acostumbrarme sugiere revisión de peso y contenido, es decir, presume el requisito básico de sopesr la evidencia, no vaya a tratarse de razonamientos a vuelo de pájaro... Pero yo me digo, si pienso y recontrapienso en cómo salir de un lío y viene alguien y te habla justo de lo MISMO, ¿no es acaso una garroseñal? (Palabra raíz: garrote). Puede que sí. También puede ser mera sugestión.
Así la historia, ejecuté el análisis de rigor y aterricé que «las señales» como uno suele engrupirse, no son más que estados de conciencia venturosos o lo que es igual, rajazos de lucidez en donde las cosas sí pasan con su fin hilvanador... por eso, no por haber estado en el mismo metro cuadrado que Marcelo  Guital (ayer), implica necesariamente que responderá un correo corporativo de hace mil años, lo mismo que toparse con ex compañeros de universidad, signifique que la senda a proseguir debe ser exclusiva en el mundo leguleyo.
A la larga, emprender de manera abnegada (creyendo poder doblegar la mano invisible) o asentándome definitivo en las lides del Derecho (para anexarme a una larga lista de resignados que creen poseer algo), solo me devuelve a cálculos binarios que ridiculizan cualquier reflexión. La vida y su recorrido está por lejos, muy aparte de los extremos (aunque todavía exista revancha por ateincherarse en polos opuestos.
Por último, prefiero simplificar las observaciones: siento más se trata de «Oportunidad». Oportunidades coherentes para averiguar en que definitivamente, si soy seven plus.

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